Sin rumbo político

Editorial
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Los grupos políticos en el país están divididos y reproducen un antagonismo un antagonismo extremo  que tiende a ser irreconciliable. Esto se observa en la forma en que se conformaron los bloques de los partidos en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en el que se perdió el sentido y el interés supremo de la nación: por un lado, existe un bloque integrado por el partido gobernante Morena y sus aliados, partido verde, Partido del trabajo y el partido encuentro social; por el otro lado, el PRI, el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano, quienes conformaron ya el bloque opositor.

En la manera en que se presenta esta disputa la sociedad mexicana es la que pierde. Sobre todo, porque un gobierno se constituye para todos y no para un sector como se presenta en el discurso del presidente, que se asume como un gobierno para los pobres y que fustiga a quienes no comparten su visión. Esto provoca la exclusión en automático de grupos sociales que no se sienten representados por el estilo de gobernar del presidente de la república y que cada vez más, deciden tomar acciones para poner límites al poder presidencial.

Esto no es un asunto menor, debido a que la forma histórica en que se dirimen las disputas políticas en el país es a través de la destrucción del adversario. Esta es una de las razones de la pobre calidad de vida democrática en el país, en el que no se respetan los derechos políticos de las minorías. Lo delicado de esta situación, es que en la Cámara de Diputados se constituyó lo que Alexis de Tocqueville, un importante estudioso de la democracia en los Estado Unidos, denomina la tiranía de la mayoría.

Las dos últimas votaciones en la Cámara de Diputados dan muestra de esta situación. El domingo pasado no se pudo conformar una mayoría calificada para aprobar la reforma eléctrica, que era del interés del presidente y al día siguiente, sin que se conozca la iniciativa y sin las lecturas previas correspondientes, la mayoría simple aprueba una Ley que nacionaliza el litio, cuando en realidad el litio, y todos los minerales del susbsuelo, jurídicamente pertenecen a la nación.

La pobre cultura política que hay en el país, que se refleja fielmente en la Cámara de Diputados, le está haciendo daño a la nación, a punto tal, que los grupos duros de Morena, han tomado la decisión de perseguir a los opositores al gobierno, bajo el discurso de que son traidores a la patria y este linchamiento se observa en las redes sociales, en donde se fustiga e intimida a los diputados que han votado de manera distinta a la visión del presidente, que hay que señalarlo, la visión del presidente no necesariamente representa el bien común de la nación.

México está polarizado y sin un proyecto político serio, que de luces de rumbo y de sentido. La oposición no ha construido un proyecto político que de visos para la reconstrucción del país y el presidente de la república echó al cesto de la basura el proyecto alternativo de nación, que propuso durante años cuando era el opositor más importante  y que le permitió ganar la presidencia.