La marcha-peregrinación por la paz en SCLC

La Iglesia históricamente ha sido un factor real de poder, con una gran influencia ideológica en distintos sectores de la sociedad y cuando se lo propone o se siente amenazada, tiene una importante capacidad de movilización entre sus seguidores. Esto viene al caso, no solo porque el Episcopado mexicano decidió cuestionar la política de abrazo y no balazos, que la presidencia de la república mantiene como estrategia en su lucha contra la delincuencia organizada sino también porque el día de ayer, la Diócesis de San Cristóbal, promovió una marcha-peregrinación por la paz, como respuesta a los crecientes índices de violencia y de inseguridad en la entidad, pero también en protesta por la criminalización que la fiscalía chiapaneca viene implementando en contra del sacerdote Marcelo Pérez.

En el gobierno de Patrocinio González también se criminalizó al padre Joel Padrón, quien fue recluido en el penal de Cerro Hueco, y la respuesta fue una marcha de Simojovel a Tuxtla Gutiérrez de miles de feligreses que exigían la liberación del párroco de la Iglesia de ese municipio. Pero el caso de esa brutal detención no solo fue de repercusiones locales, a nivel nacional la prensa ventiló esta noticia y el asunto fue parte de la agenda política de la secretaría de gobernación, que veía con preocupación el enfrentamiento que se vivía entre el gobernador de Chiapas con mayor poder de los tiempos modernos en contra del Obispo Samuel Ruíz quien es el representante de la Iglesia más influyente en la entidad.

El final de esa historia fue la liberación del padre Joel Padrón y la derrota de Patrocinio González, quien buscó promover el retiro de Chiapas del Obispo Samuel Ruíz, quien paradójicamente, fue postulado para recibir el premio Nobel de la Paz.

La Iglesia mantiene un movimiento por la paz en los municipios de la Región Norte del Estado y su presencia fue determinante para construir junto con el movimiento magisterial y organizaciones indígenas campesinas la movilización social de rechazo a los megaproyectos de explotación de gas y petróleo, que el Estado mexicano estaba licitando en municipios zoques de la entidad. En esa movilización, el sacerdote Marcelo Pérez jugó un papel protagónico, y la movilización tuvo respuesta positiva que las licitaciones publicadas por la secretaría de energía fueron suspendidas.

La marcha-peregrinación realizada el día de ayer en San Cristóbal tiene distintas lecturas, la más directa es el distanciamiento del gobernador, que se resiste a gobernar, con la Diócesis de San Cristóbal, que decidió encabezar la lucha por la paz y la defensa incondicional del sacerdote Marcelo Pérez sobre el que existe una orden de aprehensión. Bajo estas circunstancias es previsible un incremento gradual de las exigencias políticas y sociales de la Iglesia, en un momento de condiciones críticas del gobierno de Chiapas, que está totalmente rebasado por las demandas de la población.