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La indignación y la indiferencia

Editorial
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En Chiapas en los últimos meses se ha incrementado el malestar y la protesta ciudadana. Han habido múltiples cierres en la autopista a San Cristóbal; problemas en la carretera a Bochil; en Pueblo Nuevo de Solistahuacán; en Venustiano Carranza; en Teopisca; Oxchuc, Altamirano y Ocosingo. De igual manera se han presentado conflictos y enfrentamientos armados en Chenalhó, en San Cristóbal; en Frontera Comalapa; en Oxchuc; en Jiquipilas y  recientemente, en Tuxtla Gutiérrez.

Lo significativo de todas estas protestas ciudadanas y enfrentamientos armados, es que han sido desestimadas por el actual gobierno estatal, que considera que la indiferencia y el olvido son extraordinarias estrategias políticas para resolver problemáticas sociales y no pondera las consecuencias de la falta de operación política y de ausencia de gobierno y por lo tanto también desestima, que Chiapas representa una preocupación latente de seguridad nacional para el estado mexicano.

Otro elemento en común que tienen estos sucesos en Chiapas, es que se han difundido a través de las Redes Sociales y no por los medios de comunicación tradicionales, quienes por complacencia con el gobierno, ocultan e ignoran las acciones ciudadanas de protesta, con la creencia que con eso se le resta viabilidad y se reduce la movilización.

Al respecto, vale la pena recordar el contenido del libro del Sociólogo Manuel Castells, uno de los más importantes estudiosos de los movimientos sociales y de la sociedad de la información, cuyo trabajo se titula, “Redes de indignación y esperanza”. En este trabajo se analizan las peculiaridades y características del nuevo modelo de los movimientos sociales en el mundo, en donde el internet y las redes sociales, juegan un papel determinante en la comunicación ciudadana e influye en la capacidad de movilización de la protesta.

El autor analiza los movimientos surgidos en Túnez, Islandia, Egipto, España, la primavera de los países árabes y Ocuppy Wall Street, en Estados Unidos, todos ellos movimientos ciudadanos que mantienen su rechazo a los partidos políticos y a los medios de comunicación, que dicen lo que los gobiernos quieren que informen. Lo que pone en cuestionamiento la legitimidad de las instituciones políticas. Para Castells, todos estos movimientos fueron creados, difundidos y tuvieron gran impacto en la movilización de las masas, por la sociedad de redes integradas por el uso del internet y las redes móviles o inalámbricas, en donde las personas superan el miedo uniéndose.

Dentro de las características de estos movimientos, que influyeron en la definición de cambios en los distintos países, se identifican cuatro procesos: el miedo de la situación; la ira ante las injusticias derivadas: la transformación de la ira en indignación, en donde se decide actuar y la última fase, la esperanza de un cambio, que se convierte en el principal motor de la movilización.

El análisis de este nuevo modelo de movimiento social aplica perfectamente para la interpretación de las distintas protestas habida en los últimos meses en Chiapas, en donde los partidos están ausentes y la difusión se ha realizado a través de las redes sociales, en donde las personas han perdido el miedo a través de la unidad creada por el anonimato y en donde el miedo se transformó en ira, la ira en indignación y en cualquier momento puede surgir la movilización provocada por la esperanza del cambio.

Frente al control de los medios de comunicación, las redes sociales actúan con mayor autonomía y las voces independientes se posicionan con mayor fuerza de los espacios políticos virtuales y reclaman la urgencia de cambios. Lo sorprendente de todo ello, es que el gobierno de Chiapas todavía no lo entiende.