La importancia y urgencia de los exámenes toxicológicos

Editorial
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Existen disposiciones normativas que obligan a que todo el personal de mandos medios de las fiscalías de los Estados, la General de la república, las secretarías de seguridad pública y de los tribunales de justicia, incluyendo jueces y magistrados, sean evaluados con cierta periodicidad a través de los exámenes de control de confianza, que incluye los exámenes toxicológicos y el polígrafo. En los inicios del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el gobierno del presidente Vicente Fox, el control de confianza se realizaba desde la Ciudad de México, con recursos que para ese efecto proporcionaba el propio Sistema Nacional, pero en el sexenio de Felipe Calderón, se descentralizó y las entidades federativas crearon sus propios centros de evaluación y con ello prácticamente se perdió el control de confianza al politizarse los resultados.

En Chiapas el control de confianza funciona con ineficiencia, pues no se cumple con la función primordial en la depuración de los malos elementos, y más cuando se trata de mandos superiores en las dependencias o comandantes de los cuerpos policiales, que aún padeciendo problemas toxicológicos no se conoce que hayan sido retirados del servicio. Y en el caso del Tribunal Superior de Justicia la situación todavía es peor, ya que ahí, en sólo una ocasión se realizaron los exámenes toxicológicos y los resultados fueron poco satisfactorios, que se tomó la decisión de no continuar aplicándose.

El problema de las adicciones en el personal de las dependencias de procuración y administración de justicia es un asunto severo, en virtud de que es imposible realizar un combate efectivo en contra de la narco-delincuencia si tienes este flagelo entre el personal responsable de combatir y disminuir estos delitos; a esta incongruencia popularmente se le dice pusieron la Iglesia en manos de Lutero: ¿Cómo combatir realmente el tráfico de drogas con fiscales o ministerios públicos o comandantes o policías o jueces que tienen problemas con el consumo de estupefacientes?

Es necesario una aplicación rigurosa del examen toxicológico al personal de la fiscalía y de la secretaría de seguridad pública y la realización del mismo al personal del Tribunal de Justicia, no solo por cumplir con la norma sino para que el Estado tenga conocimiento en manos de quien está el combate de la delincuencia organizada, y más si existen señalamientos, como hay en Chiapas, sobre funcionarios que presuntamente  se encuentran involucrados con los grupos criminales.

El examen toxicológico debiera de realizarse a todo el personal de mandos medios y superiores de la administración pública estatal, no con el fin de perseguir o remover a quien tenga un tipo de adicción sino para establecer una política pública de apoyos, cuidados y recuperación del personal, en un momento crucial en que se prevé una ola de enfrentamientos con los cárteles que operan en el país y particularmente en Chiapas. El problema de las adicciones es un asunto preocupante entre cierto grupo de funcionarios, que en la oficina de comunicación social del Estado hubo una reacción violenta en contra de este señalamiento que se realizó en la DOXA del día de ayer, que inmediatamente se ordenó, que a través de anónimos, con el número telefónico 5551526513 se orqueste nuevamente una campaña de difamación y mentiras en contra de quienes con argumentos y pruebas, critican al gobierno de Rutilio Escandón, como en su momento criticaron al gobierno de Manuel Velasco Coello.

En la oficina de Comunicación social del Estado se les olvida que el funcionario que tiene una denuncia por acoso  sexual en la fiscalía del Estado es el propio gobernador de la entidad, cuando fungía como presidente del Tribunal de Justicia, denuncia que fue parada por órdenes del gobernador en ese entonces Manuel Velasco Coello.