La condición fraudulenta en instituciones educativas

Editorial
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La Universidad Autónoma de Chiapas y el Colegio de Bachilleres, dos instituciones educativas importantes en Chiapas, padecen problemas similares: lo fraudulento de las acreditaciones académicas de sus autoridades. En la UNACH, el rector de la institución manifestó tener una maestría de la UNAM, cosa que no es cierta y además ostenta un grado de doctor que no tiene validez oficial de estudios en México y el Director General del Colegio de Bachilleres se ostenta como licenciado sin realmente serlo. Ambas situaciones las conoce perfectamente el gobernador del Estado, quien apoyó a ambas autoridades, y quienes le ocultaron las irregularidades de su condición académica, situación que hace caer al mismo gobernador en una condición de encubrimiento.

Lo grave de esta situación irregular de los grados académicos, es que ambas instituciones educativas tienen restricciones normativas para desempeñar el cargo de Rector de la UNACH y de Director General del Colegio de Bachilleres. La Ley Orgánica de la Universidad establece como uno de los requisitos para ocupar el cargo de Rector poseer preferentemente el grado de maestría o de doctorado y, en el Colegio de Bachilleres, la normatividad establece como requisito para ser Director general poseer título a nivel licenciatura; condición que se incumple en ambas instituciones y que sitúa a ambas autoridades como probables responsables de fraude.

En la UNACH se vive una situación de persecución y acoso laboral que condujo a despidos, a presiones de “renuncias voluntarias” y a la realización de trámites de jubilación o pensión; son más de 500 trabajadores de la universidad en esta condición. En algunos casos el despido laboral está acompañado por denuncias de daño patrimonial y le reclaman por la vía civil a los trabajadores la devolución de las remuneraciones que a juicio de las autoridades se cobraron ilegalmente. En la lógica del Rector se limpió de indeseables a la Universidad. Lo que se ocultó en la UNACH y al mismo gobernador, es que el propio Rector incumple con los requisitos normativos para ocupar una plaza de profesor de tiempo completo y que incurre en un daño patrimonial a la institución, al cobrar el salario de una categoría de profesor, sin cumplir con los requisitos de estudio, pues jurídicamente en México el Rector solo tiene el grado de Licenciatura, como así mlo señala por escrito la Dirección General de Profesiones.

La situación del Director General del COBACH es similar. Ha despedido a trabajadores a su arbitrio y además tiene señalamientos de acoso a trabajadoras y carece de una licenciatura. Y ante esta irregularidad, el Director del COBACH ha buscado en instituciones educativas que le regalen un título de licenciatura, así se lo solicitó al mismo Rector de la UNACH y así se lo ha solicitado a dueños de universidades privadas en la entidad.  

Ante estas irregularidades la Junta de Gobierno de la UNACH guarda un ominoso silencio, que sitúa a los miembros de esa Junta en situación de fraude y de falta de probidad, al designar como Rector de la Universidad a un personaje que no cumple con los requisitos de ley. Misma situación de silencio se guarda en la oficina del gobernador, respecto al director del COBACH, que no lo exime de responsabilidades.

Triste y grave la situación que prevalece en estas dos instituciones educativas, en el que se pisotea la legalidad, la transparencia y la rendición de cuentas y se privilegia el fraude académico.