Continúan los días difíciles

Editorial
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Los riesgos de gobernabilidad en la entidad no sólo son reales sino que se viven a diario.  En Chiapas la enorme cantidad de demandas de la población sobrepasan en mucho a la capacidad de respuesta del gobierno, que incrementa a diario su déficit de atención social y que deja sin respuesta a la enorme cantidad de las demandas ciudadanas, debido en mucho a su falta de operación política y a la ineficiencia en el manejo de los recursos públicos, que tiene paralizada las principales actividades económicas, principalmente la agricultura, que representa la base económica y social en el Estado.

Los conflictos indígenas en Chenalhó, Aldama, Pantelhó, Oxchuc, Chilón, Tila y Chamula, hacen evidente que en el gobierno de Rutilio Escandón existe una grave ausencia del manejo de la situación política, que se complica por la indiferencia gubernamental y la ausencia de un programa de inversión pública en las comunidades, en el que se busque la construcción de gobernabilidad.

Este escenario en la entidad muestra la debilidad de un gobierno, que por su falta de capacidad para construir acuerdos políticos, apuesta a la indiferencia y a la permisibilidad de la violencia, que ha permitido la creación de grupos paramilitares y la penetración de grupos de narcotráfico en las comunidades indígenas. En este sentido, el escenario político no puede ser más delicado, en donde se combinan el conflicto social con crisis económica y delincuencia organizada, todo ello aderezado con un gabinete sin oficio y sin experiencia, que después de cuatro años de gobierno aún no se ha dado cuenta de las dimensiones de los problemas que tiene en jaque a la entidad.

Pantelhó es un claro ejemplo de lo que pasa por la ausencia de gobierno. Fueron muchas denuncias las que se presentaron en contra del grupo de “Los Herrera”, acusados de narcotráfico y responsable de decenas de asesinatos, sin que ninguna autoridad investigara e hiciera prevalecer el cacareado estado de derecho. Lo preocupante, es que con el surgimiento del grupo paramilitar “El Machete”, que se presenta bajo el discurso de grupo de autodefensa, éstos exigieron al gobierno, particularmente a la fiscalía, el cumplimiento de las órdenes de aprehensión y en reunión de gabinete de seguridad el fiscal indígena, que días después fuera asesinado, señaló que las órdenes estaban listas pero que se requería del apoyo de la policía estatal y la secretaria de seguridad, asustada manifestó que la situación de Pantelhó imposibilitaba el cumplimiento de esas órdenes, que se requería del apoyo de la Guardia Nacional o del Ejército. Frente a esta actitud negligente de los funcionarios del Estado, el grupo Machete decidió ejecutar ellos mismos la detención de los presuntos responsables y quemaron viviendas y vehículos, y desde el 26 de julio 2021, tienen retenidas a 21 personas, señaladas como presuntos responsables de la violencia que sufrieron los pobladores. Estas personas hasta el día de hoy continúan desaparecidas por el grupo “El Machete” con la grave responsabilidad del Estado, quien ha sido permisivo con este grupo, a punto tal que le entregó el control del poder municipal.

Esta situación de desaciertos y de ausencia de operación política, produjo el día de ayer una nueva oleada de violencia en Pantelhó, en donde familiares de uno de los comandantes del grupo “El Machete” fue emboscada y asesinada, lo que hace previsible el recrudecimiento de la violencia, en donde el Estado mexicano se ve incapaz de garantizar los derechos humanos en ese municipio.