La importancia de los votos de Chiapas

Editorial
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La política social en México destina 350 mil millones de pesos para apoyos a los grupos de mayor vulnerabilidad, particularmente a los grupos de mayor pobreza, a quienes fácilmente se les manipula la intención del voto, situación que evidencia una fragilidad democrática por la inducción al voto, que difícilmente se ejerce con libertad al estar condicionado a las ayudas sociales que estos grupos reciben del gobierno. En este sentido, a los grupos de mayor pobreza no solo se les violan derechos sociales sino que se les restringen los derechos políticos, al no ejercer su voto en plena libertad.

Esta realidad no puede pasar desapercibida, en virtud de que la insuficiencia de la vida democrática en el país se debe a prácticas culturales no democráticas que se reproducen en los gobiernos, en los partidos, en los sindicatos, en las escuelas y en distintas decisiones políticas y sociales, que afectan el rumbo de los resultados electorales. Dicho en otras palabras, las prácticas antidemocráticas se desarrollan fuera de las instituciones electorales, a quienes regularmente se les hace pasar como responsables de los fraudes electorales.

Esto ha generado una percepción en las personas de que los fraudes se cometen al interior del órgano electoral, percepción que está equivocada; en virtud de que el fraude se comete en las distintas formas en que los votos llegan a las urnas. Es decir, si el voto es comprado, si el voto es coaccionado, si los electores son acarreados,  si las urnas son rellenadas, si las urnas son robadas o bien a través de mecanismos de amenazas que suele suceder cuando la delincuencia organizada decide participar activamente en las elecciones, como viene sucediendo en la actualidad.

El problema de las prácticas antidemocráticas no está en el Instituto Nacional Electoral, aunque tiene corresponsabilidad al no aplicar la ley electoral de manera estricta. El problema de estas prácticas antidemocráticas está fundamentalmente en el Estado mexicano, que no se ha instituido democráticamente. Por eso la existencia de fraudes electorales, ya sea por cualquier práctica de inducción o compra del voto se debe a que el Estado es quien los promueve, lo valida o lo permite.

Durante varios meses el Instituto Nacional Electoral sufrió una política de avasallamiento por parte del gobierno, en donde incluso existió el discurso de destruir al INE. Absurdamente y maniqueamente se le acusó de promover el fraude electoral y se le situó como una institución que no promueve la democracia. En esta narrativa de acusaciones se dejó de lado a los partidos políticos, que son los actores importantes en todas las elecciones y se dejó de lado la cultura antidemiocrática  que prevalece en la sociedad, pero particularmente se dejó de lado a función del gobierno, que utiliza los padrones de beneficiarios de las ayudas sociales para garantizar un núcleo de electoras cautivos que representan el voto duro a favor del partido gobernante. Por esto no se disminuye realmente la pobreza, en razón de que los pobres representan votos a favor del gobierno en turno.

En la obtención de este voto cautivo de la población en condiciones de pobreza, Chiapas juega un papel relevante en el mapa electoral, representa un millón quinientos mil votos, que puede ser el 10% de la votación nacional que necesita el ganador de la contienda a la presidencia de la república, por eso Chiapas se encuentra en el centro de la disputa entre las “corcholatas” que buscan la presidencia y por eso es poco creíble que los apoyos que aparecen en todo el territorio estatal a favor del secretario de gobernación, Adán Augusto López, sean reales, pues Chiapas, por ser un el granero de votos,  representa un interés de todos los aspirantes a la presidencia y por lo tanto, tienen puestos sus estrategias política en la entidad, particularmente el último que se destapó en este juego electoral, Manuel Velasco Coello.

El gobernador Rutilio Escandón, por intereses familiares, ligó su destino con su cuñado, Adán Augusto López, y por eso manipula a presidentes municipales y liderazgos locales para forzar los apoyos a su candidato, que de acuerdo a las distintas encuestas, tiene pocas posibilidades de ser el candidato del partido Morena, pero eso no impide que en los adelantos políticos las personas definan su futuro político.