Ocurrencia y degradación de la política

Editorial
Typography

La falta de crítica y de autocrítica  entre los seguidores del gobierno de Morena viene produciendo el aceleramiento de la degradación de la política; a punto tal, que el día de ayer, en la sesión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, diputados de ese partido aplaudieron la propuesta de obradorizar el Poder Judicial, es decir, destruir cualquier posibilidad de la división de poderes, en donde paradójicamente los límites del poder presidencial debe de encontrarse precisamente en el Congreso de la Unión, en donde se expresa la pluralidad política.

El sometimiento y abandono de la reflexión política para quedar bien con el presidente, no es sino la máxima expresión de la cultura priista que se reproduce de manera natural entre los diputados, senadores, gobernadores y en los militantes de Morena, quienes no solo no aceptan críticas sino que están convencidos que todas las ocurrencias del gobierno es por el bien del pueblo y que hay que apoyarlas incondicionalmente. Esta postura es totalmente contraria al principio de la transformación que pregonan, debido a que la transformación social solo se puede lograr a través del cuestionamiento lúcido y reflexivo de la realidad que nos rodea y esto es lo que está ausente en este gobierno, que se mueve a través de dogmas y estigmatizaciones.

La reproducción de esta cultura priista se nota hasta en las campañas adelantadas a la presidencia o a la gubernatura, entre los aspirantes de Morena, quienes realizan campaña difundiendo sus vínculos con López Obrador; buscan demostrar quién es el más obradorista y no quien es el que tiene más talento y mejor trayectoria. En estas campañas en donde el ánimo de los candidatos es quedar bien con el presidente y no con los electores se observa la degradación de la política; en el que se perdió la dignidad que caracteriza a los seres humanos en actitudes humillantes con tal de quedar bien con el gran elector, que no es pueblo como hacen creer sino que es el propio López Obrador.

Practican la cultura priista, pero en la actitud de lacayos se olvidan que entre la cultura política del PRI habían principios y uno que resulta determinante es la de desconfiar del que más se arrastra, porque su falta de escrúpulos los convierte fácilmente en traidores. Por eso en el régimen del PRI, quien resultaba el elegido lo primero que solía hacer era distanciarse de la figura presidencial, no sólo para obtener independencia y libertad sino también para demostrar el nacimiento de un nuevo mando, por eso la existencia del otro principio de “Muera el Rey y Viva el Rey”.

La propuesta de obradorizar el poder judicial no solo resulta una soberana tontería, debido a que lo que requiere la Suprema Corte es que haya condiciones sociales para impartir justicia y garantizar el derecho efectivo. Dos aspectos que no se aplican adecuadamente entre los impartidores de justicia, pero que este debe ser el principio general que guíen a los jueces, magistrados y ministros.