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Thu, Apr
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La realidad contrasta con el discurso

Editorial
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Resulta a todas luces contradictorio el discurso del gobernador con la realidad que se vive en la región de Frontera Comalapa y Chicomuselo, por no mencionar otros municipios que de igual manera padecen graves problemas de inseguridad. Por un lado, el gobernador insiste en su falso discurso al señalar que en Chiapas, con resultados contundentes en materia de seguridad, se registran 48 horas de saldo blanco en delitos de alto impacto; cuando la realidad nos muestra, que debido a una ausencia de prevención y protección en materia de seguridad, el municipio de Frontera Comalapa está tomado por la Guardia nacional y el Ejército, situación que significa que no hay resultados mínimos, mucho menos contundentes en seguridad pública en el Estado.

Lo más preocupante de este falso discurso, es que el Estado evade la responsabilidad de garantizar condiciones de seguridad, que representa una de las funciones primordiales que todo Estado debe de procurar. El fracaso del orden institucional que se vive en Chiapas se comprueba con la misma presencia del ejército en funciones de seguridad que realiza en Frontera Comalapa, que para colmo de males, este municipio ni siquiera tiene una autoridad presidencial constitucionalmente electa, en virtud, que de manera ilegal, tiene un Concejo Municipal nombrado por el Congreso Local, debido a que el gobierno de Chiapas no ha podido garantizar seguridad en esta región para la realización de las elecciones.

Una condición básica en situaciones similares de inseguridad a las que se vive en varios puntos del territorio de Chiapas, es la remoción de autoridades, en esta circunstancia, el gobernador debió de haber realizado los cambios en la fiscalía del Estado, en la secretaría de seguridad pública y en la secretaría de gobierno, en el que existe una incapacidad manifiesta en estos funcionarios para cumplir con las responsabilidades que todo Estado debe de cumplir. Pero el gobernador en lugar de asumir su responsabilidad y de tomar decisiones políticas y de gobierno, prefiere mantener una actitud de indiferencia y repetir el falso discurso del saldo blanco que nadie le cree y que lo exhibe como un funcionario público ineficaz.

Lo que sucede en Frontera Comalapa, y otros municipios fronterizos de la Sierra Madre de Chiapas con Guatemala, está siendo monitoreado por la prensa nacional e internacional, pues representa el fracaso de la política en materia de seguridad y de combate a la delincuencia organizada del gobierno de López Obrador.

La situación de Chiapas es de caos por la escalada de violencia ocasionada por los reiterados enfrentamientos entre la delincuencia organizada. Pero además hay señales que el gobernador se niega a mirar aunque se han hecho públicas como la participación de funcionarios de la fiscalía y de seguridad pública vinculados  con el crimen organizado; a punto tal, que semanas atrás elementos de la fiscalía general de la república realizaron el cateo de un rancho que resultó propiedad de un ministerio público federal, y hace tres días, la misma fiscalía general de la república realizó el cateo de tres ranchos en donde uno de ellos es de un elemento que trabaja en la secretaría de seguridad pública, situación que evidencia la pudrición en las dependencias responsables de la  seguridad en Chiapas, pero el gobernador prefiere continuar con su falso discurso de saldo blanco, que solo evidencia su enorme responsabilidad como gobernante.