A 90 días de que concluya la administración de Rutilio Escandón y en un momento en que se conoce de la invitación que le hizo la presidenta electa Claudia Sheinbaum para que se incorpore en un cargo en la administración pública federal, lo que abre la posibilidad para que haya un adelanto en la salida del gobernador, vale la pena recordar los pendientes en materia de impartición de justicia, que evidencia el deterioro de este gobierno, que dejó de proteger y garantizar la seguridad de la población y en donde se conoce de funcionarios claramente involucrados en la protección de la delincuencia organizada, que a la vez cuentan con el apoyo de la máxima autoridad, razón por lo que no han sido investigados ni separados de su cargo.
Por esta protección de funcionarios corruptos, la seguridad de Chiapas se le fue de las manos a la administración de Rutilio Escandón y lo grave de esto, es que se generalizó la impunidad y las ejecuciones extrajudiciales y la desaparición forzada de personas se multiplicaron en la entidad. Este clima de ejecuciones con impunidad inició con la ejecución del activista Sínar Corzo, al inicio del gobierno, luego la desaparición, tortura y ejecución de Noé Jiménez Pablo, a la fecha impune pues recientemente fueron liberados los presuntos asesinos, esta ejecución de personas se prolongo a nuestros días, con la ejecución del hijo del “Tío Gil”, la ejecución en Simojovel del expresidente de Las Abejas Simón Pérez, la ejecución ordenada en contra del fiscal indígena Gregorio Pérez, el cobarde asesinato del periodista Fredy López Arévalo, la ejecución en Cintalapa del médico del CERESO del AMATE, el asesinato de un abogado en Villaflores, las ejecuciones de un constructor y un líder ganadero en Palenque, la ejecución del presidente municipal de Teopisca, el atentado en contra del presidente de La Concordia, que salió ileso pero fueron acribillados tres personas que se encontraban bajo su servicio, la ejecución del secretario de seguridad del municipio de Berriozábal, quien había acudido a la reunión de la mesa de seguridad en Tuxtla Gutiérrez, y hace unos días apareció un ejecutado dentro de un Jetta en la carretera en el municipio de San Fernando y este fin de semana dos personas ejecutadas en Tapachula.
Pero los pendientes de la justicia de la administración de Rutilio Escandón no es solo de las ejecuciones extrajudiciales, también existe un promedio 1 200 personas desaparecidas en Chiapas; algunas de ellas fueron levantadas por cuerpos policiales quienes entregaron a la delincuencia organizada a las personas y algunas de ellas aparecieron días después ejecutadas, situación que indica el nivel de complicidad de los cuerpos policiales con el crimen organizado, sin que el gobernador haya tomado cartas en el asunto.
Pese a estos malos resultados, y sobre todo bajo la sospecha de la existencia de un narcogobierno en Chiapas, la presidente electa invitó a Rutilio Escandón a incorporarse en un cargo aún no determinado en la administración pública federal, que inicia este 1º de octubre, decisión que tiene como lectura de que se le busca cubrir con el manto de la impunidad, frente al desastre social en que dejó a Chiapas y como premio por haber entregado la entidad en manos del crimen organizado.
Claudia Sheinbaum premia la ineficacia y corrupción
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