Hoy se cumplen 10 años de la terrible desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, suceso que marcó el desprestigio internacional del gobierno de Enrique Peña Nieto y la posterior caída del PRI y prácticamente su desaparición después de los fracasos electorales del 2018 y 2024, que marcaron el ascenso de López Obrador y del Partido Morena. En estos diez años los sobrevivientes de los estudiantes desaparecidos han esperado justicia y esperan conocer del paradero de los mismos, sin que el gobierno haya cumplido su palabra de localizarlos.
En los primeros cuatro años de esa desaparición, el gobierno de Peña Nieto construyó una verdad histórica, que las investigaciones realizadas por la comisión del grupo de expertos de la OEA, se encargó de derrumbar. Durante este período el presidente López Obrador, en su papel de opositor, obtuvo raja política y realizó campaña de acusaciones del incumplimiento del gobierno, pero los seis años siguientes, correspondientes al gobierno obradorista, tampoco hubo resultados y lo peor de todo, es que se recurrió a los mismos argumentos de la verdad histórica del gobierno del PRI, que nadie cree, y el presidente asumió una defensa a ultranza del ejército, invalidando con ello la imparcialidad de las investigaciones.
Un compromiso incumplido de López Obrador es con la investigación veraz y eficaz de la verdad de este suceso, en donde él obtuvo beneficios políticos pero no mostró la voluntad política que se requiere, al establecer una alianza con el ejército, al otorgarle poderes económicos y políticos, más allá de lo recomendable, en aras de mantener un respaldo de las fuerzas armadas, cuando la lealtad de este organismo no es hacia las personas sino hacia las instituciones.
La desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa es un acto vergonzoso del Estado mexicano, no sólo por la misma desaparición de estos jóvenes sino por la cerrazón en las investigaciones para conocer la verdad y castigar a los responsables, para que nunca más pueda volver a presentarse un suceso igual o similar a esta desaparición. La falta de cumplimiento del actual gobierno para saber la verdad, muestra a la vez, una falta de compromiso con los derechos humanos, en el que han existido innumerables agravios en contra de defensores y organismos defensores de derechos humanos, en el que incluso, se mantiene la política de militarización y se insiste en una Guardia Nacional incorporado a la Secretaría de Defensa, cuando existen disposiciones del derecho internacional firmadas por México, para que los cuerpos policiales sean una guardia civil y no militar.
Transcurrieron diez años, y los estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa continúan desaparecidos y con el paso del tiempo, la lucha alrededor de las exigencias de su aparición se ha convertido en un símbolo de la resistencia a las prácticas de los gobiernos que simulan el respeto de los derechos humanos, pero en realidad son cómplices de las violaciones de derechos humanos.
Todavía faltan los 43 estudiantes de Ayotzinapa
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