Graves los descuidos del gobierno en Chiapas

Editorial
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Faltan quince meses para que concluya esta administración, que se encuentra inundada en el peor marasmo imaginable, en el que los funcionarios no atienden ni resuelven los asuntos públicos y el gobernador mantiene una indiferencia emocional, como si Chiapas no viviera una terrible crisis social y económica, lo que da síntomas de que se encuentra inhabilitado para tomar decisiones.

 

Esta situación de irrelevancia al ejercicio de gobierno por parte de Manuel Velasco no es coyuntural, sino que representa un sello de su actuación como gobernante, que nunca se involucró en la atención de las problemáticas del Estado y en el que definió sus prioridades políticas personales, en la que lamentablemente la mejora de la vida pública de la entidad jamás estuvo dentro de sus prioridades.

La afirmación de que Chiapas nunca le ha importado al gobernante es una realidad que se palpa a través de los indicadores económicos de la entidad, en el que Chiapas está reprobado en 8 de los 10 indicadores del semáforo y en el que resulta inexplicable el crecimiento de la pobreza en este gobierno, del 74 al 78%, sobre todo por la extraordinaria cantidad de recursos destinados por la federación al Estado dentro del programa Cruzada contra el hambre, que fracasó estrepitosamente y demás programas sociales en el que los resultados han sido insatisfactorios.

La inoperancia del gobierno, a 25 días del sismo del 7 de septiembre, es preocupante, porque la corrupción prevalece en los operadores en los municipios, en el que se practica la discriminación partidaria y se privilegia el beneficio a los simpatizantes del partido verde, así como en algunos municipios, en las redes sociales se muestran videos de cómo el apoyo de despensas se destinan también al partido mover a Chiapas.

Lo paradójico de la atención del gobierno a los miles de damnificados, es que el énfasis de los apoyos es en despensas, en el que se reproduce el esquema oficial de control y manejo electoral, como si esa fuera la necesidad primordial de los afectados por los sismos, en el que miles perdieron su patrimonio, y ahora tienen que dormir en la intemperie, bajo las fuertes lluvias que en los últimos días se han presentado en gran parte del territorio.

Los damnificados requieren de techo no solo para dormir en estos días de desolación, sino para mantener viva la esperanza, y sobre ese problema el futuro resulta poco halagüeño. El gobierno federal ya diseño una estrategia; a cada damnificado, a través de una tarjeta, les va a otorgar 120 mil pesos para la reconstrucción de sus viviendas, de esta cantidad, totalmente insuficiente en las zonas urbanas afectadas, 80 mil pesos los depositará la federación y 40 mil pesos los dará el gobierno del Estado, solo que Chiapas está en quiebra y no puede cumplir en este momento ese compromiso...

De allí que la reconstrucción de las zonas de desastre, de llevarse a cabo, iniciará hasta el próximo año, que corresponde al período electoral, en el que las preocupaciones y los intereses políticos son otros.

La frivolidad, la corrupción  y la ausencia de gobierno en estos cinco años, le da muy malas calificaciones al gobierno de Velasco Coello, al que ya se le puede empezar a señalar, que su gobierno encarna al mismo tiempo las tropelías realizadas por  Javier Duarte y Roberto Borge, dos exgobernadores que se encuentran actualmente en prisión. Situación que no le augura un final feliz al gobernante chiapaneco, por sus descuidos en el gobierno.