La ignorancia de Velasco Coello y el desprestigio de la UNICACH

Editorial
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El verdadero compromiso que tiene el gobierno de Manuel Velasco Coello con la educación se comprueba con la designación del rector de la UNICACH: designó a un empresario exitoso en los negocios de trata.

 

Esa designación es congruente con la pobre formación intelectual de Velasco Coello, quien obtuvo la licenciatura en una universidad de dudosa calidad –la universidad Humanitas-, 12 años después de haber iniciado la carrera en la universidad Anáhuac.

El gobernador de Chiapas no tiene la mínima idea de lo que significa el trabajo universitario. Nunca entendió que la universidad ha desempeñado diferentes fines en la sociedad. Ha sido entendida como la formadora de los cuadros que necesita el Estado. También se le asignó la responsabilidad de la formación integral del ser humano. Otros le han asignado la función de generación y aplicación del conocimiento tanto al servicio de la sociedad como a la utilidad de las empresas. Recientemente a la universidad se le ha incorporado la noción de la Responsabilidad Social Universitaria, en la que esta institución debe buscar dar respuesta a las necesidades sociales y desarrollar un amplio programa de vinculación con los diferentes sectores sectores de la sociedad.

Cualquiera que sea el propósito de la universidad, la UNICACH, con la nueva administración, se encuentra imposibilitada para jugar un rol protagónico en la formación de profesionistas, sobre todo porque las nuevas autoridades universitarias han construido el perfil del rector sobre la simulación y el desprestigio académico.

Han hecho circular el currículum vitae del  nuevo rector, en donde se combina la ridiculez y el escarnio. Esto debido a que quienes conocen al rector saben perfectamente que tiene dificultades para articular coherentemente 10 palabras en un escrito, lo que hace imposible que haya redactado las tesis de los posgrados que presume y mucho menos los libros que aparecen publicados con su nombre.

Lo grave de esta situación, es que de la lectura de las dos tesis doctorales que presume, se comprueba fácilmente el plagio, lo que evidencia la burla y la trampa que prevalece en la obtención de esos grados y lo descalifica para impulsar cualquier trabajo universitario y más todavía, porque en el gremio periodístico se conoce el nombre de la persona que es contratada para escribir los textos.

Esta trayectoria no parece importarle al gobernador Manuel Velasco, porque él mismo empleó esos mecanismos de simulación para obtener su título de licenciatura en el año del 2011, en el que la contienda electoral del año siguiente lo obligó a cumplir con un compromiso moral, que lo hacía vulnerable frente a sus opositores. El título de licenciatura lo obtuvo en un periodo de responsabilidades en el senado y de permanente campaña por la gubernatura en el que prácticamente es imposible que haya acudido a clases.

La UNICACH fue deshonrada de por vida por un gobernante sin talento ni inteligencia, que de manera sistemática violenta la autonomía universitaria, cuya irresponsabilidad es de tal magnitud, que no le permite ver el daño que le ha ocasionado no solo a la universidad sino a la sociedad chiapaneca.