Los días difíciles

Editorial
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Las cosas en Chiapas difícilmente pueden estar peor que en este momento. Hay una alerta social sobre los sucesos en Chalchihuitán, en el que más de 4 mil personas fueron desplazadas de sus comunidades por conflictos con pobladores de Chenalhó, y ni el gobernador ni el secretario de gobierno se dan por enterados, y que sea la Comisión Interamericana la que emita al Estado mexicano las medidas cautelares por graves violaciones a los derechos humanos que ponen en riesgo la vida de las personas…

 

De igual manera las ambiciones y la falta de cálculo del gobernador puso en riesgo político a la población de Chiapas. Esto debido a que de manera temprana Manuel Velasco se sumó al proyecto del secretario Miguel Osorio Chong, para la presidencia de la república, y eso lo puso en choque directo con el grupo financiero del gabinete, quien con creces le han cobrado esa afrenta no solo a Velasco Coello sino a toda la población de la entidad, pues hubo una reducción de las partidas federales en más de 7 mil millones de pesos, lo que acrecentó la crisis financiera de la entidad.

Ahora que se conoce que Miguel Osorio Chong no es el candidato del PRI, el gobernador de Chiapas se vuelve más vulnerable, porque eso significa que ganaron los financieros y Chiapas va a padecer mayores condiciones de fragilidad en virtud que a la entidad ya le cerraron la llave del presupuesto. Y peor aún, se corre el riesgo de que se ordene un paquete de auditorías y los resultados determinen la devolución de los  recursos cuyo ejercicio no esté debidamente justificado.

El dinero para Chiapas ha fluido a cuentagotas, pero ahora, en el año electoral, los recursos van a estar más escasos y bajo un mayor control administrativo. Sobre todo porque no hay simpatías hacia el gobernador por parte de del grupo financiero del gabinete, que han estado mellando y destruyendo la poca credibilidad que tiene el gobernador con el presidente.

Pero si estos problemas no fueran suficientes, se presenta la ruptura de un sector de medios de comunicación con el gobierno, por la falta de pagos de los convenios de publicidad, en el que se va a vivir una critica permanente directa en contra del gobernador, por la frivolidad y falta de respeto a esta demanda y por el desprecio que le ha mostrado a los medios locales.

La indiferencia en el comportamiento de los funcionarios del gabinete a los problemas de la entidad, ha generado un mayor acrecentamiento del malestar  en diversos sectores de la población, que exigen una eficaz atención a las demandas, pero en el que no hay respuestas favorables de parte del gobierno.

El gobernador en aras de la construcción de alianzas para su proyecto personal se desentendió de Chiapas y se rodeó de personajes ineptos, sin la energía para tomar decisiones y de un grupo de jóvenes funcionarios, que aprovecharon las circunstancias para enriquecerse.

A días de cumplir el quinto año de gobierno, no existen dudas en que esta administración es un desastre, y con mucha anticipación se puede prever cual puede ser el futuro del gobernador, quien encarna en su persona todas las corrupciones en las que incurrieron los exgobernadores de otras entidades, que hoy se encuentra detenidos o bajo proceso.