El futuro incierto de Manuel Velasco

Editorial
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Desde el primer número de la edición de este periódico, se hicieron señalamientos a este gobierno de que las cosas no funcionaban bien y de que era necesario realizar una evaluación del desempeño de los funcionarios para realizar los ajustes necesarios para obtener los resultados que favorecieran al bienestar de la población chiapaneca.

 

En estas páginas se han realizado comentarios con argumentos y datos veraces sobre la corrupción en el gobierno, sobre el mal desempeño de los principales colaboradores del gobierno, sobre la ineficacia y la falta de compromiso del secretario general de gobierno, que se presta a situaciones de payaso de pueblo al tomar la protesta a personas con nombramientos que violan la ley, pues muchos de los propuestos no cumplen con los requisitos  establecidos en la normatividad. Aquí no se ha dudado en realizar comentarios sobre situaciones extrañas de funcionarios con presuntas ligas con el narcotráfico e incluso en estas líneas se hizo mención de actos de despojo y de enriquecimiento ilícito de los familiares más cercanos del gobernador, expresamente de la madre y de sus primos.

En cuestiones políticas, aquí se señaló que era un error pintar de verde las comunidades indígenas y con mucha anticipación se le señaló al gobernador de posibles conflictos poselectorales que iban a presentarse en Oxchuc, Chanal, Chenalhó, San Juan Chamula y Tila, sucesos que lamentablemente se vivieron. En muchas ocasiones se mencionó la necesidad de castigar los desvíos de la administración de Juan Sabines con el fin de evitar la repetición de esas prácticas y reducir la impunidad, pero esa nunca fue preocupación de este gobierno que hoy padece de los mismos males pero acrecentados.

Aquí se mencionó la preocupación de la ausencia de programas de política social y del abandono que hubo en ese sector, a punto tal que durante muchos meses la secretaría correspondiente estuvo sin el titular. Fueron reiterados los comentarios de una ausencia de proyecto educativo y de decisiones equivocadas en relación a la educación superior en Chiapas, que hoy vive un peligroso abandono y lo mismo se expresó sobre el sector salud, que finalmente hizo crisis.

De igual manera, desde principios del 2015 se señaló la necesidad de impulsar un programa emergente de recuperación económica para Chiapas, en un momento en que se preveía que la crisis económica iba a terminar afectando a la entidad, en la que  el empleo se concentra fundamentalmente en el área de servicios, punto que se platicó directamente con el gobernador y que condujo a una reunión con el secretario de hacienda, pero luego desapareció el interés, y finalmente el gobierno tomó la decisión de despedir a más de 10 mil trabajadores de la administración pública.

En este periódico ha habido críticas pero también propuestas, lamentablemente las respuestas han sido el silencio y la indiferencia. Nunca se ha dejado de señalar que este gobierno es la expresión más clara de la caquistocracia, pues representa el gobierno de los peores y en reiteradas ocasiones se expuso la necesidad de cambiar al gabinete. Sin embargo en cada cambio que se dio se pasó de la sorpresa a la indignación y luego al insulto, pues los nombramientos se dieron por otro peor.

Así hemos sido testigos de nombramientos inentendibles como el de Manuel Pulido en la secretaría de desarrollo social y luego en la secretaría del campo, el nombramiento de Manuel Narcía en el Consejo de Ciencia y Tecnología; el de Miguel Prado de los Santos en la secretaría de pesca, quien su única relación con el sector es su apodo “El Sirenito”; o Rodolfo Calvo en la UNICACH; o Sasil de León en PROGRESA. Pero la gota que demuestra la falta de inteligencia para gobernar y para tomar decisiones es el nombramiento en el Sistema Chiapaneco de Radio, Televisión y Cinematografía, en el que queda demostrado el desamor por Chiapas de Manuel Velasco, quien con sus actos irresponsables ofende a la población y desacredita la formación profesional de miles de profesionistas chiapanecos, que tienen mayor formación y más competencias que las demostradas por él y todo su gabinete.

El futuro de Manuel Velasco Coello es incierto, vive cotidianamente con el hechizo del canto de las sirenas y no se da cuenta que camina al borde del precipicio, en el que inexorablemente ha dañado como nadie las posibilidades de un futuro mejor de la sociedad chiapaneca.