En el Partido Verde los dignos en contra de los indignos

Editorial
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En Chipas hay una violación reiterada de los derechos civiles y políticos por parte del gobernador, en donde el propósito es dejar sin opciones políticas a la población, en donde a los chiapanecos se le está sustrayendo el derecho que tienen a elegir libremente a sus gobernantes y se les impide la libre expresión de la voluntad de los electores. 

 

Lo que se busca es crear un proceso electoral dirigido, teniendo bajo control a los candidatos de los partidos, en el que el candidato ganador ya está de antemano determinado, por lo que no importa en sí las elecciones.

Sin embargo no deja de ser ridículo y patético el interés que mueve a algunos aspirantes a la gubernatura, en la que no dimensionan la enorme responsabilidad que entraña gobernar Chiapas. Sobre todo después de dos gobiernos consecutivos desafortunados.

El registro de Roberto Albores Gleason, con el aval de Los Pinos y con el respaldo del grupo dominante en torno del candidato a la presidencia de la república José Antonio Meade, desató una campaña de resistencia al interior del verde, en la que se rechaza la imposición  de la candidatura desde el centro del país y dio paso a un movimiento en el que se privilegia la dignidad.

La postura de Eduardo Ramírez Aguilar debiera de ser reconocida, pues no es fácil oponerse a las decisiones centralistas. Pero la carga de negativos está pesando sobre este aspirante, en el que se le descalifica su calidad moral para encabezar este movimiento. Pero también hay que decirlo, que muchos de los ataques en contra de Eduardo Ramírez  es a través de troles, que de manera manipuladora pretenden influir en el ánimo de los electores y vienen emprendiendo campañas mediáticas en contra de varios candidatos en donde destacan los embates en contra de Eduardo Ramírez.

La farsa que se está viviendo produjo el destape del presidente municipal de Tuxtla Gutiñérez,  Fernando Castellanos CalyMayor, en donde lo que más llama la atención es el acarreo de la gente para llenar el polifórum y luego el mensaje, en donde las indirectas reiteradas hacen evidente la división que hay al interior de ese partido. 

La irresponsabilidad en el manejo político de Chiapas y el interés malsano de violentar los derechos civiles y políticos de los chiapanecos, buscan imponer como opciones políticas a Eduardo Ramírez, Fernando Castellanos y a Enoc Hernández es una mala caricatura de lo que sería el sucio, el feo y el malo.

Al gobierno de Manuel Velasco Coello le pasó exactamente lo mismo que le sucedió a sus antecesores Juan Sabines y Pablo Salazar: no supieron construir la imagen y la candidatura del sucesor y ahora vemos un Chiapas destrozado que se los disputan personajes enceguecidos por la ambición, el ansia de poder, la corrupción, el cinismo y la soberbia.