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Tue, Apr
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Deben estar locos

Editorial
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La disputa electoral en Chiapas se transformó de decisiones desesperadas a un juego que raya en la locura. Los actos ilegales y la violación de los derechos políticos de la población, solo evidencian el miedo mayúsculo que representa para el gobernador Manuel Velasco Coello, dejar el poder sin contar con las garantías de inmunidad que le permita a él y a sus familiares vivir sin sobresaltos los próximos años.

 

El tamaño de ese miedo significa con simpleza, que los niveles de corrupción de este gobierno son de una dimensión inimaginable, lo que condujo a realizar las acciones de locura  que se están viviendo.

Primero la ruptura con el PRI; los partidos ligados al gobernador destruyeron la coalición y con ello le pusieron un grillete a la candidatura de Roberto Albores Gleason. Luego pretenden construir una candidatura común en torno del favorito de Velasco Coello, y para esto pisotean la constitución de Chiapas, pues esa figura no existe en la reforma constitucional que este mismo gobierno aprobó y para ello se inventan una fe de erratas a la constitución, totalmente improcedente, que raya en la ingenuidad y que tiene pocas posibilidades de éxito en la resolución judicial.

De igual manera buscan dinamitar la alianza del Frente por Chiapas, con la complicidad de Dante Delgado, María Elena Orantes y Alejandro Chanona, todos ellos mercenarios de la política y miembros del partido Movimiento Ciudadano, quienes nunca estuvieron involucrados en la organización del Frente en Chiapas, pero se mantenían allí para esperar el momento indicado para tratar de destruirlo.  El gobernador también se aprovecha de la orfandad política que tiene Jeanette Ovando, quien se desempeñaba como presidente del Comité Estatal del PAN, y que por sus actos de omisión, al no instalar el Congreso panista para definir las candidaturas, mete al PAN nacional en graves problemas pues corre el riesgo de no presentar los listados de candidatos a las diputaciones federales y al senado. Esto ocasiona que el Comité Nacional del PAN desconozca a esa dirigencia y dicho comité sea intervenido por la dirección nacional.

En este juego de perversidad en el que priva la locura, anoche registran la carta de intención de ir con una candidatura común y la firman Movimiento Ciudadano, el PAN (cuya dirigencia tiene un procedimiento de desconocimiento), Mover a Chiapas y Chiapas Unido –que son partidos satélites del gobierno y se suma el PRD local, que siempre ha estado al servicio del gobierno y que no cuenta con el aval nacional para la firma de ese convenio de candidatura.

Es decir, que el gobierno de Manuel Velasco apuesta a la confusión y a la desinformación para impulsar una candidatura en común, que a todas luces es ilegal e involucra en su locura a personajes de dos partidos nacionales –el PAN y el PRD-, que no se encuentran autorizados para firmar este tipo de convenios y menos una candidatura en común como se pretende dar a conocer.

La política en Chiapas desde el gobierno de Pablo Salazar fue pervertida, pero nunca a los niveles de locura como se está viviendo en este momento, en el que se pretende imponer en la ilegalidad a un candidato para hacerlo gobernador de la entidad, violando las leyes y los procedimientos electorales.

Toda esta estrategia de ilegalidades solo evidencian una cosa: el miedo de Manuel Velasco Coello a que se destape la corrupción de su gobierno, que los chiapanecos presuponemos que es alta, pero que quizá nos quedemos corto frente a lo que es en realidad.