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La CIDH otorga medidas cautelares a joven torturado por la policía de Tlaxiaco, Oaxaca

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El caso de Ángel Daniel Bautista Vásquez, un joven torturado por agentes municipales de Tlaxiaco, Oaxaca, llegó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que le otorgó medidas cautelares a él como víctima y también a su familia, amenazada por el alcalde Gaudencio Ortiz Cruz y su policía.

Así lo dio a conocer el presidente del Centro de Derechos Humanos y Asesoría a Pueblos Indígenas, Maurilio Santiago Reyes, quien refirió que en la resolución 38-2020, de fecha 18 de julio de 2020, la CIDH dictó la medida cautelar MC-636-20 a favor de Ángel y de su familia, con el fin de que el Estado mexicano adopte las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida e integridad personal de las víctimas de tortura en Tlaxiaco.

“El Estado debe tanto asegurar que sus agentes respeten la vida e integridad personal de las personas beneficiarias de conformidad con los estándares establecidos por el derecho internacional de los derechos humanos, como proteger sus derechos en relación con actos de riesgo que sean atribuibles a terceros”, destaca el documento.

La CIDH también pide al Estado un informe sobre las acciones adelantadas, a fin de investigar los presuntos hechos que dieron lugar a la adopción de la presente resolución y así evitar su repetición.

De igual manera, que tenga a bien informarle, dentro del plazo de 10 días contados a partir de la fecha de la comunicación, sobre la adopción de las medidas cautelares acordadas y actualizar dicha información en forma periódica.

El 21 de marzo pasado, aproximadamente a las 21:45 horas, cuando el joven Ángel Daniel Bautista Vásquez llegaba al domicilio de sus padres, ubicado en el barrio San Nicolás, rumbo a la carretera a San Juan Mixtepec, cuando descendía de un automóvil fue agredido por elementos de la policía municipal de Tlaxiaco, quienes iban a bordo de una patrulla. Hicieron varios disparos de arma de fuego y lesionaron al joven con un impacto en la pierna izquierda.

Ya herido “se le abalanzaron, lo esposaron y se lo llevaron a un terreno baldío y lo torturaron, y en la tortura fue fracturado de la pierna derecha”.

Ángel Daniel Bautista Vásquez recibe actualmente atención médica, ya que fue intervenido quirúrgicamente y hasta el momento no ha vuelto a caminar.

El pasado 20 de abril presentó la denuncia penal por el delito de tortura y demás que resulten en contra de elementos de la policía municipal de Tlaxiaco.

Oportunamente el alcalde Gaudencio Ortiz Cruz se enteró de los hechos por el informe que le entregó la agente municipal del barrio de San Nicolás, pero hasta el momento los policías responsables siguen trabajando normalmente, sin que recibieran alguna sanción administrativa.

Hasta ahora no se ha detenido a ninguna persona por dichos hechos, y la familia de la víctima ha sufrido constantes amenazas por parte de elementos de la policía municipal de Tlaxiaco.

La CIDH hizo hincapié en que el actual presidente municipal de asumió el cargo después de que el ganador de la elección, Alejandro Aparicio Santiago, fue asesinado a unos días de asumir el cargo.

Ortiz Cruz ha sido denunciado porque supuestamente desde que asumió el mandato se ha caracterizado por realizar actos arbitrarios y violentar los derechos humanos de la ciudadanía.

Recientemente emitió un comunicado donde advierte a las comunidades, poblaciones circunvecinas, comercio establecido y comercio informal que “está estrictamente prohibido el ejercicio del comercio semifijo y ambulante en la vía pública, y quien infrinja estas disposiciones se hará acreedor a una multa de 40 a 100 días de salario mínimo, arresto por 36 horas o el aseguramiento de los bienes, dependiendo de la gravedad de la falta”.

Dicha determinación es violatoria de derechos humanos, violenta la libertad de tránsito, el derecho al trabajo y el derecho a la propiedad privada.

Además, violenta los derechos de las personas más vulnerables, como son las mujeres indígenas de los pueblos y comunidades circunvecinas, que bajan a la ciudad a vender sus productos.

No obstante, buena parte de los tlaxiaqueños desaprueba el ambulantaje en el centro de la ciudad, cuyas calles y banquetas fueron invadidas desde hace varios años por los vendedores ambulantes que se instalaron de manera arbitraria, y son sus líderes los más beneficiados debido a las cuotas que cobran por los espacios.

Anteriormente en Tlaxiaco, llamada “ciudad mercado”, se colocaba el tianguis en el centro de la ciudad los viernes por la noche y se levantaba al día siguiente, también en la noche, pero de un tiempo acá los ambulantes colocaron decenas de puestos por todo el centro, que nunca más levantaron, generando desperfectos en las calles, suciedad y la molestia de la ciudadanía.

A fines de marzo, el alcalde ordenó a todos esos vendedores levantar sus puestos de la calle para evitar contagios de covid-19. La mayoría de habitantes aplaudió la medida.