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Un “desastre”, los Foros por la Pacificación

Nacional
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Los Foros por la Pacificación y Reconciliación Nacional, convocados por Andrés Manuel López Obrador para armar su propuesta de pacificación con base en consultas con las víctimas de la violencia y con otros sectores sociales, van de tropiezo en tropiezo. Así lo evidencian los testimonios de quienes han participado en algunos de los foros realizados en Ciudad Juárez, Torreón, Morelia y La Huacana, Michoacán. Sus experiencias oscilan entre el terror y la decepción.

 

Apenas se han efectuado cuatro eventos y ya comenzaron las deserciones en el equipo. Uno de los organizadores que abandonaron el barco tras la desastrosa consulta del miércoles 15 en la Tierra Caliente michoacana comenta a Proceso que es preocupante la improvisación, así como la falta de protocolos internos para cuidar a víctimas, los aspectos de seguridad y el poco conocimiento de cada contexto local. 

La señora Margarita López –dedicada a recuperar cuerpos de fosas– fue invitada al evento del martes 14 en Morelia. Dice que, al igual que otras madres de personas desaparecidas, se sintió burlada al descubrir que en el templete, representando a las víctimas, fue designada la viuda de un hombre de Apatzingán a quien acusan de cometer desapariciones; como víctimas, agrega, había otros hombres señalados por asesinatos.

Integrante del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, la señora López explica que la consulta consistió en “llenar formatos”, pero, afirma, como había tanta inconformidad por lo ocurrido, exigieron a Alfonso Durazo, futuro titular de la Secretaría de Seguridad Pública, que se sentara a escuchar sus reclamos.

En todo el acto hubo turbulencias. La más notoria fue la protesta que se desató cuando, durante la inauguración, daba su mensaje el secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Juan Bernardo Corona, quien optó por huir sin terminar su discurso. La gente le reclamó a gritos los cuatro asesinatos que cometió su corporación el año pasado en Arantepecua y comenzó a cercarlo con gritos de “¡No hay justicia, no hay justicia!”. 

Periodistas presentes desde el inicio notaron que muchos de los asistentes eran líderes de Morena y funcionarios. Otro de los protagonistas de ese día fue el exlíder de las autodefensas José Manuel Mireles, quien abandonó el acto tras denunciar que no había líderes verdaderos y calificarlo de “una farsa”, “teatro de políticos” y “pura charlatanería”.

Eventos al vapor

Aunque más de mil personas de La Huacana y municipios cercanos atendieron a la convocatoria, pocos se quedaron a la consulta al ver que no llegaron los secretarios de Estado que habían sido anunciados: Durazo, Olga Sánchez Cordero, quien encabezará la Secretaría de Gobernación, y el subsecretario Alejandro Encinas.

Tampoco se cumplió la agenda que días antes se había pactado con el municipio y los líderes de sectores sociales, como meloneros, pescadores y empresarios, de analizar los problemas sociales. La consulta a las víctimas –con las preguntas que deberían responder para discutir las propuestas de pacificación– se suspendió porque se convirtió en catarsis.

La persona comisionada por la gente de Durazo como organizador logístico del acto –quien pidió el anonimato– comentó a Proceso que esa semana se había integrado al equipo y de inmediato fue enviado a esa zona disputada por los cárteles; sólo que, sostiene, se le comisionó sin viáticos ni medidas de seguridad ni documentos que explicaran la metodología o protocolos sobre cómo organizar la consulta. 

Explicó que los asistentes a la consulta de La Huacana se decepcionaron al ver que en representación de López Obrador llegaba Eunice Rendón, una integrante del equipo de Durazo, y el diputado Jesús Valencia. 

Se desató un conflicto cuando la gente de Morena se quejó ante ella de que el foro fue organizado, convocado y financiado por un ayuntamiento priista. En respuesta, Rendón suspendió las mesas que la gente había acordado para hablar de los problemas del municipio y fijó el mismo esquema de cinco mesas de consulta con formularios prefabricados que se aplica en cada estado. 

El encargado logístico que recientemente renunció al equipo de Rendón opina: “Nada más se fue para la foto, para subirla a redes y ya. Eso fue un desastre. ¿Cómo van a poner a gente prepotente que no tiene contexto ni formación en derechos humanos a coordinar foros de reconciliación? Fue una mentada (de madre) para la gente”.

Los cuestionamientos 

La polémica acompaña desde su nacimiento a esos foros de consulta sobre las políticas para lograr la pacificación, entre ellas la legalización de algunas drogas, la amnistía para algunos delitos y el futuro rol del Ejército. Las respuestas que se obtengan en 43 consultas presenciales, más lo que la gente mande por internet, según el presidente electo, delinearán los cambios en la estrategia de seguridad y las políticas para reducir la violencia.

El primer cuestionamiento fue el del investigador Jacobo Dayán, quien señaló que era perverso que la Secretaría de Seguridad Pública, que será la encargada de la Policía Federal, organice foros con víctimas y no lo haga una instancia más adecuada, como la Secretaría de Gobernación. 

Sin embargo, López Obrador le dio esa responsabilidad a Durazo, quien comisionó como responsable del proceso a la exdiputada y académica Loretta Ortiz y a Eunice Rendón, quien fue funcionaria de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

En la inauguración de los “Foro Escucha” el martes 7 en Ciudad Juárez, se encendió una nueva polémica cuando el presidente electo López Obrador dijo que para alcanzar el proyecto de unidad nacional requerirá que la gente conceda “el perdón”, lo que provocó que las víctimas presentes gritaran: “¡No! ¡Ni perdón ni olvido!” y “¡Sin justicia no hay perdón!”. 

Ante esa respuesta, él reviró: “Coincido con lo que dicen que no hay que olvidar, pero sí estoy a favor del perdón. Respeto mucho a los que dicen ‘ni perdón ni olvido’. Yo digo: ‘olvido no, perdón sí”. Después pidió acabar con la Ley del Talión, la del “ojo por ojo, diente por diente”, y remató diciendo que para escuchar sus opiniones se organizaron esos foros, en los que, puntualizó, no habría simulación.

La rebelión de las víctimas

El sacerdote Mario Manrique, desde la frontera juarense, publicó una columna titulada “Un foro de escucha con poca escucha”, donde criticó las forzadas conclusiones y señaló: “(afirmar que) ‘algunas de las víctimas aceptan amnistía’ parece una frase metida con calzador, ya que fue delante de todo el auditorio y los medios de comunicación presentes en el Teatro Gracia Pasquel, cuando las madres y familiares de los desaparecidos y víctimas de violencia expresaron rotundamente su exigencia por la justicia y un rotundo NO al perdón y al olvido. Creo que esto no le quedó claro ni al presidente electo ni al equipo que redactó ese documento”.

Ahí sostuvo que pareciera que se quiso justificar una promesa de campaña, y pidió respeto al pueblo y verdadera escucha.

En el segundo foro, efectuado el jueves 9 en Torreón, Silvia Ortiz, designada como representante de las víctimas –madre que desde hace 13 años busca a su hija Fanny y rastrea fosas– fue quien planteó el sentir generalizado: “Defendemos el ‘ni perdón ni olvido’”, y agregó: “Hablar de amnistía sin entender lo que se lleva a cuestas es hablar por hablar”. 

En esa ocasión no se supo cuáles fueron los resultados de la consulta. Por protocolo establecido en el equipo de Durazo, en las reuniones no se permite el acceso a la prensa para escuchar la respuesta de la gente en relación con la amnistía, no es posible entrevistar a los moderadores porque deben prometer confidencialidad, y tampoco se hizo pública alguna relatoría –como se había anunciado– para conocer las opiniones de los participantes.