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Hasta violadores de derechos humanos podrían formar la Guardia Nacional

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En México, prácticamente no hay estado en el que las Fuerzas Armadas no hayan cometido graves violaciones a la dignidad humana desde que se declaró la guerra al narcotráfico hace 12 años. Un análisis de las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) demuestra que efectivos del Ejército y la Marina están implicados en cientos de casos de desaparición forzada, tortura y asesinato en todo el país.

 

Sin considerar la tortura ni contar casos de desapariciones atribuidas a los militares, las Fuerzas Armadas aparecen oficialmente como responsables del asesinato de por lo menos 91 personas, incluidos adolescentes y menores de entre menos de un año hasta 11 años.

Tres cuerpos del Ejército y dos de la Marina aparecen como los principales perpetradores. La infantería y la caballería motorizada son los mayormente acusados en el Ejército, lo mismo que la infantería de marina. 

La caballería es el arma al que pertenece el nuevo secretario de la Defensa Nacional, el general de división Luis Crescencio Sandoval, quien tendrá el mando operativo de la Guardia Nacional, cuya aprobación en el Congreso está prevista para esta semana.

Las casi mil víctimas de violaciones graves a los derechos humanos no incluyen los casos de delitos de lesa humanidad cometidos por policías estatales o municipales, por tratarse sólo de autoridades federales, ni todas las quejas interpuestas en contra de miembros de las Fuerzas Armadas ante la CNDH.

En los dos sexenios, el número de quejas contra las Fuerzas Armadas ante la CNDH fue de 14 mil 362. Casi todas, más de 11 mil, contra el Ejército, aunque en el sexenio que acaba de terminar crecieron las denuncias contra la Marina, informó el organismo a este semanario. En el caso del Ejército, en el sexenio pasado las quejas bajaron a 3 mil 235, menos de la mitad de las ocho mil uno que tuvo en el gobierno de Calderón. La Marina, en cambio, creció de mil 227 a mil 899.

Entre la declaratoria de guerra por parte de Calderón en enero de 2007 y mediados del año pasado el organismo emitió 790 recomendaciones. Más de una cuarta parte de ellas, 204, fueron por violaciones graves a los derechos humanos, de acuerdo con el estudio Huellas imborrables: desapariciones, torturas y asesinatos por instituciones de seguridad en México (2006-2017). 

Elaborado por la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), el reporte identifica patrones de conducta de los militares acusados en el caso de violaciones graves, así como de la respuesta tanto del Ejército como de la Marina para justificar y encuadrar sus acciones como parte del combate al narcotráfico.

El gobierno reconoce la crisis 

Las violaciones graves a los derechos humanos por agentes del Estado son parte de lo que el subsecretario de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas, calificó el miércoles 5 en Washington como la “profunda crisis humanitaria” que padece México.

En audiencia pública realizada en la sede de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) con motivo de la desaparición de por lo menos 37 personas en Tamaulipas a manos de la Marina, Encinas se comprometió a que el recién iniciado gobierno de López Obrador va a actuar “contra los representantes del Estado o particulares, independientemente de la institución a la que pertenezcan”.

Encinas se refirió en específico a la desaparición forzada de cerca de 38 mil personas, la existencia de más de 2 mil fosas clandestinas –en mil 100 de las cuales no se ha hecho ninguna exhumación– y el registro de 26 mil cuerpos sin identificar en los servicios forenses del país. 

En su recuento de 12 años de guerra sostenida por los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña, el subsecretario de Derechos Humanos evitó referirse a otras violaciones, pero admitió también que ha existido “encubrimiento de los agentes del Estado que han dañado a la población civil”.

Encinas compareció ante la CIDH dos días después de que López Obrador firmó el decreto que crea la Comisión para la Verdad del caso Ayotzinapa, por la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, Guerrero, entre el 26 y el 27 de septiembre de 2014.

La CIDH y el gobierno de México acordaron en la audiencia la asistencia técnica internacional para la búsqueda de personas, la exhumación e identificación forense y la elaboración de bases de datos para “conocer la magnitud del problema” de los desaparecidos en el país. Las modalidades de la cooperación se empezarán a discutir en enero próximo.

No es la primera vez que Encinas alude a la investigación de miembros de las Fuerzas Armadas como probables responsables de violaciones a los derechos humanos, pero dejando a salvo al Ejército y a la Marina como instituciones, que en el nuevo gobierno se mantendrán en el centro de la estrategia represiva contra el narcotráfico, ahora bajo la modalidad de Guardia Nacional.

Operativos sangrientos

Las violaciones a los derechos humanos cometidas por los militares desde que el expresidente Felipe Calderón los llamó para combatir al narcotráfico, han sido señaladas de manera reiterada dentro y fuera de México, incluso por el Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU. El señalamiento más reciente ocurrió en noviembre pasado, en Ginebra, durante el Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en el que participan representantes de más de 100 países.

El número de violaciones graves señaladas como tales por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos alcanza a 929 víctimas directas de tortura, malos tratos, asesinatos y desaparición forzada, aunque el estudio de la CMDPDH detectó lo que clasificó como incidentes, relacionados con las cadenas de hechos que sufrió cada víctima, que pudieron ser la detención, tortura en distintos lugares, asesinato y/o desaparición.

Los autores del estudio, Ana Lucía Juárez Armenta, Jorge Luis Amaya Lule y Marion Rouillé Saba, encontraron que, de acuerdo con la propia CNDH, las Fuerzas Armadas mexicanas han sido las responsables de prácticamente la mitad de las desapariciones que tienen que ver con las quejas que llegaron a la CNDH y que ésta consideró como tales.

En las recomendaciones se registraron 239 víctimas de desaparición. De ellas, 188 fueron atribuidas a las Fuerzas Armadas; 94 al Ejército y 26 a la Marina. Es decir, en siete de cada 10 casos el Ejército aparece como responsable.

De ese total hay 19 víctimas de desaparición permanente en cinco casos, cuatro que tienen que ver con soldados y dos con marinos. En uno de esos casos participaron elementos de las dos fuerzas.

Las Fuerzas Armadas también prevalecen como responsables de torturas o tratos crueles. Del total de 148 casos que fueron documentados por la CNDH, las Fuerzas Armadas son mencionadas como responsables 75% de las veces, principalmente el Ejército.