México ya alcanzó los peores pronósticos de empobrecimiento por la pandemia: ONG

Con casi 13 millones de empleos perdidos y seis millones de personas que se sumaron a las filas de la subocupación en marzo y abril, el panorama socioeconómico en tiempos de pandemia de covid-19 ya alcanzó los “peores pronósticos de empobrecimiento” en México, se alarmó el colectivo Acción Ciudadana frente a la Pobreza.

Además de arrojar millones de personas en el desempleo y la subocupación –entre ellos a uno de cada cuatro trabajadores informales–, la crisis económica detonada por la pandemia de covid-19 afectó a los que conservaron su empleo, pues de un mes para otro desapareció la mitad de los empleos con una remuneración mayor a 11 mil pesos: de 5.7 millones en marzo, se derrumbó a 2.1 millones en abril.

A consecuencia, según la organización, se disparó la proporción de empleos con ingresos de miseria en el mercado laboral, pues actualmente cuatro de cada diez trabajadores ingresan hasta un salario mínimo, cuando hace unos meses la proporción era de 22%.

Con datos oficiales

Con base en los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el colectivo observó que “el crecimiento del desempleo y la reducción de ingresos de quienes conservan trabajo agravan la ya de por sí precaria condición del sistema laboral de nuestro país”.

Según el Inegi, los micronegocios fueron las principales víctimas de la pandemia, con ocho millones de empleos perdidos en ese sector, cuyos ocupantes se encuentran en el desamparo.

El colectivo deploró que la pandemia arrasó en México, donde impera un sistema laboral con la mitad de empleos que carece de contratación estable, basado en evasión de pagos a la seguridad social y en salarios bajos, lo que calificó como una deuda pendiente del gobierno de Andrés Manuel López Obrador pendiente.

“Quizá lo más preocupante es que desde el gobierno no hay medidas para transformar el sistema laboral”, deploró el colectivo, y abundó que los cambios estructurales en la materia “siguen pendientes”, porque “no hay programa social que sustituya al trabajo como puerta para salir de la pobreza”.