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La Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario le cierra la llave al campo

Nacional
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La suspensión de créditos otorgados por la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) no sólo tiene en vilo a los productores, empresas e intermediarios crediticios, sino también deja ver las cifras de la institución, las cuales se encuentran muy lejos de sus objetivos sexenales y apuntan a su extinción.

Los créditos otorgados por la FND ya venían en picada, pero el anuncio de su consejo directivo a los encargados de las cinco coordinaciones regionales de no extender nuevos créditos, fechado el 15 de diciembre de 2022, dejó en la incertidumbre al sector y hasta la fecha no hay respuesta para una interlocución con el organismo de máxima representación de la agroindustria, el Consejo Nacional Agropecuario (CNA).

“Nosotros enviamos un extrañamiento y una solicitud de una cita para saber qué es lo que está pasando hacia al interior de la financiera. Eso fue el año pasado. Hasta la fecha no hemos tenido noticias, no sabemos nada”, señala Luis Fernando Haro Encinas, director del CNA.

En entrevista, el directivo matiza: “Lo que sí nos enteramos es que se dio la suspensión de créditos de muchos de los productores que venían siendo sujetos de crédito de la Financiera Nacional. Lógicamente preocupa, porque no deja de ser una institución que en algún momento llegó a colocar más de 80 mil millones de pesos en diferentes proyectos”.

El también ingeniero agrónomo fitotecnista explica el tamaño del problema que significa que la FND pause el financiamiento:

“Ya se veía una disminución en cuanto a la operación de la propia financiera, pero sabemos que las necesidades de crédito en el sector agropecuario son grandes. Estamos hablando, por una parte, de incentivar la producción de alimentos, asegurar el abasto de alimentos para la población, y pues la verdad es que por otro lado no entendemos estas señales de incertidumbre”.

En un principio, el gobierno de la Cuarta Transformación colocó a la FND como piedra angular de una mejora de las condiciones del campo a través del financiamiento.

La misión de la financiera es impulsar al desarrollo del medio rural y de las actividades del sector primario a través del crédito y servicios financieros accesibles a productores, Intermediarios Financieros Rurales (IFR) y otros agentes económicos, a fin de elevar la productividad y competitividad, así como contribuir a mejorar las condiciones de vida de la población. Por otra parte, debía convertirse en la mejor opción de financiamiento.

Para ello, la FND se planteó cinco objetivos prioritarios:

Aumentar la inclusión financiera en la población rural para impulsar el desarrollo regional; incrementar el financiamiento a las Unidades Económicas Rurales de los estratos más bajos mediante servicios financieros y un esquema integral que respondan a sus necesidades; y mejorar el servicio de atención a sus clientes a nivel nacional.

También se propuso fortalecer la participación de los IFR para ampliar la cobertura nacional; además de atender con financiamiento proyectos de inversión ambientalmente sostenibles en el medio rural para contribuir a mitigar los efectos del cambio climático.

Pero las cifras muestran otra realidad. De entrada, la colocación de recursos o créditos ha disminuido. En 2020 la FND, a cargo de Baldemar Hernández Márquez, colocó un total de 59 mil millones de pesos, mientras que para 2021 la cantidad se redujo a 48 mil millones (24% menos), según el Informe de Autoevaluación de Gestión de la FND correspondiente a 2021.

De acuerdo con el documento, con la cantidad dispersada ese año se cumplió en 80.8% la meta de colocación ajustada. Sin embargo, al cierre de junio de 2022 la colocación crediticia se ubicó en 9 mil 638 millones de pesos.

La FND cuenta con activos por 47.9 mil millones de pesos al cierre del primer semestre de 2022; sin embargo han ido a la baja, pues al término de 2021 los activos ascendieron a 50.7 mil millones y en 2020 a 53.8 mil millones. De 2020 al primer semestre de 2022 dichos activos se redujeron en 6 mil millones de pesos.

En contraste, la cartera vencida se incrementó. Pasó de 5.3 mil millones de pesos en 2020 a 6.8 mil millones a junio de 2022. En otras palabras, el Índice de Morosidad se encontraba en 19.2% en los primeros seis meses del año pasado, contra 13.5 % del cierre de 2021 y el 11% de 2020.

Como parte de la banca de desarrollo, la FND cuenta con un Índice de Efectividad en la Cobranza, el cual también ha venido a menos: en 2017 la efectividad en el cobro era de 95.9% y para 2021 pasó a 89.3%.

Metas frustradas

En cuanto a sus objetivos, la FND también queda a deber. Al cierre de 2021 atendió a 295 mil 848 productores con crédito directo e inducido al sector privado, a través de los IFR que operan con la institución y de forma directa. Esa cifra representa un decremento de 40% respecto del cierre de 2020.

“Al respecto de nuevos acreditados, los esfuerzos de la institución permitieron la incorporación de 127 mil 385 productores atendidos por primera vez. Esta cifra representó el 70% de la meta establecida para el ejercicio 2021”, se detalla en el documento Avances y Resultados 2021, del Programa Institucional de la FND 2020-2024.

Otra de las metas era la inclusión de proyectos de inversión que consideren medidas que mitiguen su impacto ambiental.

Se planteó una meta de 9 mil 312 proyectos financiados de forma anual para 2024. No obstante, en 2021 sólo se logró incluir 4 mil 813; cifra menor a los 5 mil 549 de 2020 y de los 7 mil 140 proyectos “verdes” de 2019.

“Entre tantos cambios en la administración de la FND se dedicaron a todo menos a generar créditos y cobrarlos, y obviamente a la hora que empiezan a tener detrimento en su cartera empiezan a perder”, señala Fernando Cruz Morales, socio del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) y especialista en políticas públicas aplicadas al sector.