El representante en México del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), Jan Jarab, lamentó que a 50 años de la masacre de Tlatelolco permanezca “la ausencia de una adecuada investigación, así como de sanción a los responsables de las graves violaciones de derechos humanos cometidas en el contexto del movimiento estudiantil de 1968”.
En un comunicado conmemorativo por la masacre de Tlatelolco, la representación de la ONU-DH reiteró su llamado al Estado mexicano, “ya realizado por otros mecanismos internacionales de derechos humanos, para garantizar los derechos a la justicia, la verdad y la reparación integral”.
Asimismo, reconoció que el movimiento estudiantil significó “el despertar cívico que, encabezado por la juventud estudiantil, denunció la arbitrariedad gubernamental, apeló a la rendición de cuentas y luchó por construir un país democrático basado en un régimen de libertades a través de la acción política y la reivindicación del diálogo”.
A 50 años de los acontecimientos, Jarab consideró que “la causa de los derechos humanos en México no se puede explicar sin el amanecer de indignación y creatividad de hace cinco décadas”.
“Los ámbitos de libertad que hoy se respiran en el país son legatorios del movimiento estudiantil de 1968”.
La ONU-DH también llamó a la sociedad mexicana a mantener viva la memoria de lo sucedido en aquel año, reconocer en la gesta estudiantil un motivo permanente de inspiración para la causa de los derechos humanos y extraer las lecciones conducentes “para evitar que nunca más vuelvan a repetirse hechos tan trágicos como los que sacudieron a México”.
Para la representación en México, es de gran relevancia las actividades programadas para difundir lo ocurrido por parte de sobrevivientes, académicos, artistas y medios de comunicación, que permiten “profundizar en la indagación de los hechos y combatir el olvido”.
Finalmente, la ONU-DH reconoció “los esfuerzos recientes de varios actores públicos encaminados al reconocimiento de lo sucedido y a la conmemoración de la tragedia”.
