Un académico de prestigio en la UNACH

Editorial
Typography

Ayer concluyó el proceso de designación del Rector en la UNACH y con ello terminó la especulación que se venía construyendo en torno de los posibles beneficiarios. Al respecto, mucho se escribió si ese nombramiento iba a ser la última decisión de Manuel Velasco o bien, si ese nombramiento sería el primero de la gestión del próximo gobernador Rutilio Escandón. De igual manera al interior de la universidad se dejaron oír voces que le exigían a la Junta que ese nombramiento recayera en un académico de prestigio y al mismo tiempo había un rechazo a la posible intención de nombrar a quienes se acostumbraron a vivir de los cargos políticos.

 

El nombramiento de la Junta de Gobierno recayó en el Dr. Carlos Faustino Natarén Nandayapa, un académico sólido, serio, dedicado y que en su desempeño profesional ha sabido combinar el trabajo universitario con la responsabilidad en cargos de la administración pública.

La UNACH atraviesa la peor crisis financiera de su historia, y la Junta de Gobierno no podía darse el lujo en designar a cualquier aventurero que, sin credenciales académicas, llegara a ocupar el cargo de Rector de esa casa de estudios, pues existen las condiciones para declarar la quiebra técnica de la institución, por el monto exagerado de la deuda pública que tiene.

Los problemas de la UNACH son muchos y diversos, junto a las dificultades financieras está la falta de un proyecto académico que involucre a la universidad, como un factor determinante en las transformaciones de la sociedad chiapaneca, así como en la formación de profesionistas ciudadanos, con un alto sentido de la responsabilidad social y preocupados por la mejora de la vida pública.

En torno de la designación del Rector se construyeron diversos intereses y se conformaron pequeños grupos de poder, que desde hace años buscan el control de la universidad. El más importante de estos grupos es el que se formó en torno del tío del gobernador, Jesús Agustín Velasco Siles, quien ejerce un fuerte control sobre el actual rector, y quien hizo de la universidad un juego de sus intereses y relaciones personales.

Son los intereses de estos grupos de poder, lo que genera que en torno del nombramiento, se viertan críticas y descalificaciones que terminan siendo poco objetivas. Sobre todo porque la designación recayó en uno de los académicos de mayor prestigio, trabajo y compromiso que tiene la UNACH y que además es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel 2. Por cierto, hay que destacar, que es la primera ocasión que la UNACH va a tener como Rector a un investigador miembro del SIN, situación que le puede permitir fortalecer un área sustantiva de la universidad, como es la investigación, que desafortunadamente ha sido descuidada en la institución.

Los desafíos que enfrenta la  próxima administración de la UNACH son trascendentales, en virtud de que al mismo tiempo de sanear las finanzas universitarias, el Rector tiene la responsabilidad de darle rumbo académico a una universidad, que con poco más de 800 profesores de tiempo completo, sólo 120 de ellos realizan investigación y se encuentran adscritos al Sistema Nacional de Investigadores.