A una semana del nuevo gobierno

Editorial
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Nunca como ahora la política en el Estado había estado tan cargada de desprestigio, de corrupción, de cinismo y desconfianza, en donde es necesario dar un viraje de 180 grados y romper toda liga  entre los funcionarios del próximo gobierno con el de los antecesores.

 

El triunfo de Rutilio Escandón, así como el de la mayoría de políticos que hoy desempeñan cargos de elección popular, está empañado por el intervencionismo abusivo del gobernador Manuel Velasco en las elecciones, en donde su intervención puede identificarse con claridad, tres momentos.

La alianza que se conformó entre el partido verde con Morena, que le permitió al gobernador influir en la determinación de las principales candidaturas que postuló el partido de AMLO en Chiapas.

La misma definición de la candidatura de Rutilio Escandón por parte de Manuel Velasco, quien lo sacó del desempleo para hacerlo presidente del Tribunal de Justicia, como pago al boicot y rechazo de la candidatura de María Elena Orantes en el 2012, lo que es una evidencia de la falsedad que se utilizó en la campaña del 2018 de que la carrera política de Rutilio Escandón siempre había estado ligada a la de AMLO, situación que es falsa porque en el proceso electoral donde Manuel Velasco salió triunfador, Rutilio se puso al servicio de los intereses de Juan Sabines y públicamente apoyó al candidato del PRI-Verde.

En el proceso electoral del pasado 1 de julio, el gobernador no sólo no propició sino que evitó condiciones de equidad en las elecciones, interviniendo en los procesos internos de designación de candidatos en las distintas alianzas partidarias. Todo ello con el afán de imponer candidatos a la gubernatura en todas las alianzas, pero también para eliminar cualquier adversidad que pudiera tener el candidato de MORENA Rutilio Escandón.

La elección en Chiapas fue a todas luces un fraude, pero en el que se guardan silencios porque en las maniobras gubernamentales MORENA salió favorecido y obtuvo una mayoría en el Congreso Local, llevando candidatos a las diputaciones a personajes ligados al Verde y también se le cedieron las principales presidencias municipales de la entidad, propiciada con el voto del hambre promovido desde el gobierno.

Por ello el nuevo gobierno nace desde la sospecha, y por lo mismo no puede tener el beneficio de la duda, pues tiene la obligación de ser eficaz en sus acciones desde el primer minuto de la toma de posesión. Tarea bastante complicada, pues requiere incorporar como funcionarios públicos a lo mejor de hombre y mujeres de Chiapas, sin importar si participaron con él en el proceso electoral.

Rutilio Escandón ya se comprometió a integrar un gabinete plural, situación que es positiva, pero junto con esa pluralidad debe estar presente el conocimiento, la experiencia, la honestidad y el compromiso por Chiapas de los funcionarios que integrarán el  nuevo gobierno.