Los problemas sociales en Chiapas

Editorial
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En la actualidad, la crisis social en Chiapas es severa: 78% de la población vive en pobreza y pobreza extrema; la entidad tiene el primer lugar en el país en muerte materno infantil; el primer lugar en infección del SIDA; el 84% de sus niños y adolescentes viven en pobreza; la economía de la entidad no sólo no tiene crecimiento sino que mantiene una tendencia negativa del -2%; se cayó la producción del café y del maíz; hay una deuda pública de más de 40 mil millones de pesos, lo que se hipotecó el futuro de Chiapas; ocupa el primer lugar en el país en rezago educativo; el 18% de la población es analfabeta; y así, se pueden seguir enumerando una cantidad preocupante de cifras oficiales negativas, que muestran la verdadera cara de un Chiapas, con una profunda desigualdad económica, con graves problemas de gobernabilidad, con gobiernos ineficaces y que representa el reto del gobernador Rutilio Escandón, quien aún no interioriza la importancia de construir un gobierno y que en las calificaciones a los gobernadores del país obtiene índices de reprobación.

La discusión, atención y mejora de estos indicadores no está en las preocupaciones de esta administración, quien no tiene una agenda solucionar los problemas de la entidad.

Chiapas está en ruinas, con problemas de ingobernabilidad y de inseguridad, en donde en varios puntos del territorio hay condiciones para un desastre social, sin que esto resulte preocupante para las autoridades.

Para que México pueda reducir las condiciones de pobreza debe de crecer al 7% durante varios años, pero en Chiapas el crecimiento debe ser superior del 9%, situación que resulta prácticamente imposible de alcanzar y se corre el riesgo de mantener tasas de crecimiento negativos como existe actualmente, lo que puede incrementar el porcentaje de la población en pobreza extrema.

En este sentido el futuro de Chiapas es poco halagüeño. Y lo grave es que la apuesta de distintos grupos y de un grueso de funcionarios es la de mantener los intereses y ambiciones  personales aunque eso ocasione de que se incendie la entidad.

Una prioridad política de esta administración era mantener la seguridad. Eso ya no es posible de cumplir, por los brotes de violencia y de criminalidad surgidos en varios puntos del territorio, en el que el principal promotor de estas acciones es el propio gobierno por su inacción y por los altos índices de impunidad.

Hasta ahora no hay ninguna diferencia entre el actual gobierno con los anteriores. No hay una sola muestra de que éste es un gobierno diferente. En Chiapas la cuarta Transformación es solo un discurso demagógico, que no conduce a nada positivo