La cuarta transformación no llegó a Chiapas

Editorial
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El PRI no gobierna Chiapas desde las elecciones del año 2000. En los últimos 18 años han gobernado alianzas perredistas con panistas, el partido verde y ahora MORENA, sin embargo la cultura y el estilo de gobierno del PRI ha continuado, con gobiernos de izquierda o derecha, sin importar las siglas y colores.

El elemento en común de estos gobiernos es la reiterada violación a derechos humanos, la poca tolerancia a una prensa crítica y la pretensión de gobernar con la mano de la fiscalía, lo que hace fácil e impune la represión, las amenazas, la persecución, la desaparición, el encarcelamiento y el homicidio y las amenazas a todo aquel que disienta con el estilo de gobernar.

En estas prácticas de represión la administración de Rutilio Escandón es igual o peor a los gobiernos que lo antecedieron. Las estadísticas son desalentadoras: tres defensores de derechos humanos han sido asesinados (Sínar Corzo, Noé Jiménez y José Luis Álvarez); ha sido permisivo en los homicidios en la Región de Los Altos debido a los conflictos entre Chenalhó, Aldama y Chalchihuitán; es omiso en la atención a los problemas de desplazados a pesar que la CNDH emitió 2 recomendaciones para que se de el desarme de los grupos paramilitares y que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha emitido dos medidas cautelares para evitar riesgos que pongan en peligro la vida de los desplazados y de los defensores; y en este gobierno se han incrementado los homicidios dolosos, los feminicidios, los asaltos bancarios el secuestro y la violencia generalizada.

De igual manera en la secretaría de gobierno se han tomado decisiones que son violatorias a los derechos políticos, como es la destitución del Cabildo del municipio de Arriaga, en el que la síndica y los regidores fueron intimidados para que pusieran la renuncia. Esta decisión  fue revertida por la Sala Regional de Xalapa del Tribunal Federal Electoral. Esta acción de amenazar a los regidores para desaparecer el ayuntamiento también fue empleada en el municipio de Bochil, en el que se obligó a los miembros del Cabildo a presentar la renuncia, acción que fue grabada y exhibida en las Redes Sociales, lo que evidenció la actitud burda y delincuencial que se utiliza en la administración de Rutilio Escandón para violar derechos, lo que finalmente sirvió de burla para exhibir las torpezas del secretario de gobierno, que a la fecha no ha sido sancionado por el gobernador, lo que demuestra que actuó cumpliendo órdenes para atropellar derechos y para violar la voluntad popular.

El peor síntoma que manifiesta la administración de Rutiljo Escandón es que está gobernando con la fiscalía, lo que significa la incapacidad del diálogo y la construcción de acuerdos y se privilegia la represión y la violación a derechos humanos. Lo grave es que la fiscalía se caracteriza por las prácticas de tortura, la invención de delitos, la fabricación de pruebas, la intromisión sobre el poder judicial en la prevalencia de jueces de consigna, lo que implica que el tribunal de justicia queda sujeta y subordinada a los caprichos y violaciones de derechos humanos que orquesta la fiscalía general.

La situación de los derechos humanos en Chiapas no puede estar peor. Sobre todo, porque nadie está a salvo de la invención de delitos y la fabricación de pruebas que realiza la fiscalía, situación que confirma que la cuarta transformación no llegó a Chiapas.