¿Quién es el responsable de la violencia en Bochil y en San Juan Chamula?

Editorial
Typography

La ausencia de gobierno en Chiapas está provocando que exista mayor violencia en la entidad, tal y como viene sucediendo en varios municipios indígenas, pero también en la costa chiapaneca, en donde en donde no se atienden ni resuelven los problemas sociales. A la vez, se ha desarrollado un falso discurso que parte de la idea que con el uso de la fuerza policíaca se construye el Estado de derecho, y ahora se quiere utilizar a la policía en contra de la población para encubrir la incapacidad en la negociación política y la falta de acuerdos.

La violencia en las últimas horas en Bochil y San Juan Chamula ha sido administrada desde el palacio de gobierno, en la que con profunda irresponsabilidad se ha manoseado a los distintos grupos. Hay antecedentes de como la secretaría de gobierno ha hecho creer a sectores de la población de los municipios de Bochil y de San Juan Chamula, que la renuncia del presidente municipal era un hecho. Inclusive, al ayuntamiento de Bochil se le obligó a poner la renuncia en las instalaciones de la presidencia municipal de Ixtapa, en un acto vergonzante que fue filmado y difundido en las redes sociales.

Desde ese momento el gobernador del Estado debió de haber pedido la renuncia del secretario de gobierno, pues resultaba un exceso la intromisión de esa secretaría en los gobiernos municipales, en la que sin tener facultades para hacerlo se había presionado a los regidores a poner la renuncia como también se hizo en el municipio de Arriaga, en donde tuvo que intervenir ek Tribunal Federal Electoral para ordenar la reinstalación de los regidores.

En el caso de San Juan Chamula están documentadas las ocasiones en que el secretario de gobierno se reunía con los inconformes y que inclusive otorgaba el trato de presidente del consejo municipal a Juan Chilón, hoy detenido en el Amate, lo que desató la violencia en ese municipio.

En ambos municipios los presidentes no despachan en la cabecera municipal, por el temor a que sean detenidos por la comunidad, situación que ha generado el desorden social que se están viviendo en las últimas horas.

El gobernador del Estado, Rutilio Escandón, requiere realizar una minuciosa valoración de los resultados de su administración y la debe hacer con los pies sobre el piso, atento a las distintas voces pues la situación de Chiapas se complica cada vez más, debido a que no hay programa de gobierno, no existe una agenda política, no hay gabinete y el secretario de gobierno y el fiscal general, han utilizado los cargos y el presupuesto para realizar proselitismo, en donde realizan actos de campaña anticipada y en el que adelantaron los tiempos políticos.

Son muchas decisiones equivocadas de la administración de Rutilio Escandón, pero la más delicada, por los peligros que entraña, es la de haber permitido que se gobernara de la mano de la fiscalía, pues eso generó violencia institucional, fortalecimiento de actitudes delincuenciales de las policías, violaciones de derechos humanos, lo que conlleva a un clima de terror contrario a cualquier proyecto de vida democrática.

El uso reiterado de la fuerza policíaca hizo evidente el peor síntoma de la administración de Rutilio Escandón: la incapacidad del diálogo y de la construcción de acuerdos armoniosos. Lo peligroso de esta situación es que los brotes de inconformidad no se van a detener con la amenaza de los cuerpos policíacos y las movilizaciones van a estar acompañadas por personas armadas dispuestas a enfrentar a la Guardia Nacional, la policía de lujo de la presidencia de la república, que en Chiapas ya fue enfrentada por la población.