La ampliación de la zona libre en la frontera sur

Editorial
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En la mañanera de ayer el presidente se acordó que el sur también existe y aventuró una política de apoyo para extender la zona libre de impuesto en la frontera sur, en concreto en Chiapas y Quintana Roo, como en su momento lo hizo hace un año para la frontera norte. Este programa implica una serie de beneficios fiscales, como son la homologación del precio de combustibles y electricidad, respecto a las regiones colindantes de Estados Unidos, en este caso con Guatemala, un Impuesto Sobre La Renta de 20% y un salario mínimo mayor que el que se establece para el resto del país.

Con anterioridad, en el pasado gobierno la franja fronteriza fue afectada con la homologación del IVA y en este gobierno se estableció una política de favorecer con estímulos a la frontera norte y se dejó de lado a la frontera sur, que tiene una pesada carga con la población migrante, lo que termina exacerbando los ánimos xenofóbicos que se presentan regularmente en las sociedades de frontera.

En Tapachula y en todos los municipios fronterizos de Chiapas se vive en este momento un abandono gubernamental alarmante. Hay una pobre inversión pública en la franja fronteriza, los proyectos de desarrollo más importantes  de la región fueron cancelados, sin que fueran sustituidos por otras propuestas de inversión, que dinamizara las actividades económicas, se generó una desatención al problema migratorio, por la indefinición de una política migratoria que terminó provocando una sobrepoblación de miles de extranjeros que viven en hacinamiento, expuestos al contagio del Covid 19, como ya sucedió en la estación migratoria de Tapachula y en la provisional de Huixtla, que pone en riesgo a toda la población, sin que los gobiernos federal y estatal hayan implementado programas de ayuda y de estímulos para la reactivación de la economía de la región.

La Región del Soconusco, a diferencia de la Región Centro, no vive de las inversiones de la administración pública., allí las principales actividades económicas son el comercio con Centroamérica y la producción agropecuaria. El Soconusco tiene una gran riqueza en su tierra, pero requiere de mano de obra y de la banca de desarrollo y en ambas necesidades el gobierno ha estado ausente: por un lado está ausente en la definición de criterios para la contratación de la mano de obra de trabajadores agrícolas guatemaltecos, en el que se requieren más de 500 mil trabajadores para la cosecha del café, que inicia en unos días más, en donde el paso de la frontera presenta graves problemas de seguridad y hay que garantizar que no vayan a haber fuentes de contagio del coronavirus. Por el otro lado se requiere del financiamiento y al no haber banca de desarrollo, los productores agrícolas de la región tienen graves problemas para solventar los gastos y terminan buscando con-trayendo deudas con tasas más altas de la banca privada.

Las dificultades que padecen los cafetaleros son las misma que padecen otros productores agrícolas de la región –plátano, soya, mango, palma africana-, quienes viven un pro-fundo abandono gubernamental ya que no existe ningún programa o política para esa región.

Por ello ante la orfandad que padecen los productores del Soconusco, el anuncio del presidente de ampliar la zona libre en la frontera sur es un beneficio que debe constituirse en una oportunidad para que se destinen los apoyos necesarios para la reactivación económica de la región.