La estrategia del caos en las elecciones

Editorial
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Las elecciones en la entidad nunca han sido libres, pero ahora, equivocadamente, se le apuesta al caos, a la desinformación y a la incertidumbre, esta es una apuesta peligrosa en la que Chiapas definitivamente pierde.

 

Desde el gobierno estatal se emprendió un ataque para dinamitar las candidaturas  de Roberto Albores Gleason y José Antonio Aguilar Bodegas, lo que viene acompañado de una guerra sucia que busca confundir al electorado.

Previo a ello, se realizó un trabajo eficiente para dejar sin posibilidades  las candidaturas de Zoé Robledo y de Luis Armando Melgar. En esta estrategia la apuesta era obvia; favorecer en todo momento las aspiraciones políticas de Eduardo Ramírez Aguilar,  a quien sólo le queda la posibilidad de abanderar la candidatura común de Mover a Chiapas y Chiapas Unido, los partidos satélites del gobernador que resultan demasiados caros al erario chiapaneco.

En esta disputa electoral, el candidato de MORENA, PES y PT, Rutilio Escandón, ha estado bajo la protección gubernamental, pero que sufre serios cuestionamientos por un sector de la propia base morenista -que no confía en él, por representar claramente los intereses de la familia Velasco, que viene siendo criticada fuertemente por los pobres resultados del gobierno verde-, lo que convierte a Rutilio en un candidato frágil, que no tiene posibilidades de crecer por sí mismo y que corre el riesgo de desfondarse solito conforme avance la contienda.

Pero además la candidatura de Rutilio Escandón desprestigia al partido MORENA, AMLO acostumbrado a criticar a la mafia del poder, su discurso pierde sentido en la entidad, pues Rutilio es un representante de la mafia del poder que gobierna Chiapas.

Pero más allá de esa crítica hay un hecho mayor, su falta de talento e incapacidad para negociar, que no logró reducir el malestar que existe al interior de su partido con su candidatura, en el que se popularizó el slogan de AMLO sí, Rutilio No; lo que abre la posibilidad del voto cruzado entre los morenitas, quienes esperan votar por otra opción política para la gubernatura.

Sin embargo el punto más frágil de MORENA en Chiapas se encuentra en el oscuro proceso de selección de candidatos, que no ha sido un proceso democrático ni transparente, lo que evidencia que en MORENA existe los mismos métodos del PRI del dedazo y aún peor, de la tómbola, que en estricto sentido, el INE debería de invalidar este procedimiento por su fuerte carga antidemocrática, que se contrapone con los fines de los partidos y de las elecciones establecido en la constitución. Este proceso de selección de candidatos despertó el malestar entre la militancia y la incertidumbre entre los simpatizantes, pues existe una tendencia de favorecer a los peores, en detrimento de cuadros con formación e inteligencia indiscutible, lo que significa desde este momento, la consolidación de la caquistocracia en un gobierno de MORENA en la entidad.

Visto así las cosas la estrategia del caos no trae nada bueno para Chiapas. Los ataques  anónimos continuarán en ascenso y la desinformación terminará prevaleciendo en un escenario en donde la mentira tiene más peso y credibilidad que la verdad.