El presidente del tribunal Rutilio Escandón perdió la cabeza.
En su afán de ganar la gubernatura puso al Poder Judicial a su servicio.
Y descuidando las formas ejerce presión a jueces y magistrado
para que asistan el domingo al evento con López Obrador.
La estupidez humana es extrema, que piensa que al personal del Tribunal
se le puede manipular como cualquier hijo de vecino, con una torta y un tutsi.
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