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Para Pablo, cárcel; no más burla

En el México de la creación del “Sistema Anticorrupción” de Enrique Peña Nieto, que ni siquiera ha empezado y a lo mejor termina su sexenio, sin que se aplique, el ex gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía, del 2000 al 2006. Pablo Salazar Mendiguchía, sigue actuando con todo cinismo e impunidad, a pesar de que en su contra existen varias denuncias penales y averiguaciones correspondientes, en la Procuraduría General de la República.

 

Han pasado casi cinco años de un gobierno federal que no ha hecho que la justicia se pierda en infiernitos escandalosos, como los implementados con los ex gobernadores de Veracruz, Quintana Roo, Chihuahua y últimamente de Tamaulipas, que ni vale la pena mencionarlos por su nombre, porque no ha pasado nada y tal vez tampoco pase algo en el último año del período.

Ahí está otro ex mandatario chiapaneco, del 2006 al 2012, Juan Sabines Guerrero, que en medio de sus boleras y otras pasiones empolvadas, ha gritado y lo sigue haciendo a los cuatro vientos que a él, su amigo el Presidente Peña lo protegerá, porque dispuso dos mil 500 millones de pesos del presupuesto estatal, para apoyar su campaña en busca del retorno del PRI a Los Pinos.

El nada discreto de Sabines Guerrero no se ha cansado de divulgar en sus borracheras y orgías en su mansión de Acapulco, que gracias a la “ayudadita” que dio a don Enrique, recibió en como agradecimiento su nombramiento de cónsul, en Orlando, Florida, aunque le haya molestado, porque se sentía con derecho por lo menos a una embajada en un país del primer mundo.

Juan endeudaría a la entidad con varios créditos que sumarían más de 21 mil millones de pesos en cosa de seis años, sin que precisara el destino de esta cuantiosa cantidad de dinero, que según las malas lenguas, mucho fue a parar a sus cuentas bancarias y de inversiones, en el paraíso fiscal de Panamá.

Un camino conocido por Juan, pues Pablo iniciaría en el país centroamericano, los envíos con maletas llenas de millones de dólares, en múltiples y frecuentes vuelos del avión oficial “El Chamula”, para juntar ahí sus “ahorritos” de antes y después del huracán “Stan”, que le retribuyó cuantiosas ganancias, al desviar ilícitamente dineros destinados a los damnificados, por el Congreso federal, para atender los daños causados por  el huracán que devastó las zonas de la Costa, Soconusco y Sierra.

A Salazar Mendiguchía lo protegieron en todo su socios Vicente Fox Quesada y su pareja Marta Sahagún, pues cojeaban del mismo lado de la “alternancia”, que vendría a retomar Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien haría lo mismo que con Sabines Guerrero.

Hablando de complicidades en cuanto al sistema de corrupción en un sistema que en ese sentido no distingue los colores o militancias, porque viene siendo lo mismo, sean de derecha, izquierda o centro.

Situación que se comprueba de la estafeta panista de 12 años, a la priísta de los últimos cinco años, que tanto una como otra han sido más de lo mismo y tal vez peor, cuando se trata del par de sinvergüenzas y cínicos que se han aprovechado de la impunidad vigente, para cometer todo tipo de atropellos, de la mano con los Poderes Legislativo y Judicial.

Estamos ante una situación de “lavado de dinero”, que en teoría la ley castiga severamente, pero que en la realidad gente como Pablo y a Juan, les ha valido porque se sienten bendecidos por sus protectores tanto de uno como de otro bando.

Pruebas sobran de sus actos de rapiña. Están bien guardados con 20 candados por la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara de Diputados, como por los diputados del Congreso de Chiapas, que hacen como que no pasó nada, en un estado al borde nuevamente de la rebelión por tanto saqueo de los recursos para atender a los pueblos indígenas que representan la tercera parte de más de cinco millones de habitantes en la entidad, sufren de hambre y desnutrición de tercer grado.

Y cuando ambos deberían estar en la cárcel por ladrones y corruptos, resulta que Pablo Salazar Mendiguchía decide que va a participar como candidato independiente por una de las tres senaduría del estado de Chiapas.

Vaya con este ladino, vergüenza de los indígenas de Soyaló, que ahora si se está pasando de tueste, al burlarse descaradamente de la Procuraduría General de la República, que con este ex gobernador sigue demostrando que la ley es solo tinta y papel, que sirve para todo, menos para aplicarse.

Anuncia que ya tiene registro en el Instituto Nacional de Elecciones, cuyos consejeros pasan por alto que este ex presidiario del penal de alta seguridad de “El Amate”, tiene vigentes varias denuncias en su contra ante la PGR y por lo mismo está imposibilitado jurídicamente para aspirar y contender a un cargo de representación popular.

Pablo está enfermo de poder y sigue insistiendo en querer ser lo que ya no puede, porque en Chiapas es repudiado, al seguir siendo responsabilizado de fallecimiento de niños recién nacidos en el hospital regional de Comitán, por la negligencia del ex gobernador, al no autorizar los recursos para la compra de equipos y medicinas para la atención de los menores.

Asociación delictuosa, que sigue vigente, además del apoderamiento de muchos miles de millones de pesos que nunca llegaron en forma de obras para miles de afectados por la naturaleza en octubre de 2005.

Fracasó en su intento de comprar la candidatura en los Partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo en 2012, luego en 2015 y ahora en 2018. Después de muchos coqueteos con Andrés Manuel López Obrador, éste le dio la espalda, por lo que Salazar Mendiguchía le reclamara airadamente cómo en sus tiempos de gobernador, no salía del Palacio de Gobierno en Tuxtla Gutiérrez, donde pasaba a recoger su apoyo financiero bastante abultado.

El titular de la Procuraduría General de la República, Raúl Cervantes Andrade, tiene actualmente la oportunidad de demostrar a su jefe, que los “olvidos” que sus antecesores tuvieron con respecto a las denuncias penales ante esa instancia en contra del ex gobernador de Chiapas, no van con su estilo personal de ejercer la ley.

Los chiapanecos adelantan que ¡Pablo no pasará!, aún cuando cuente con el agradecimiento de su ahijado Manuel Velasco Coello, a quien no solamente hizo diputado local, sino también diputado federal, senador y gobernador, junto con Juan Sabines Guerrero.

Zoé Robledo Aburto es también parte de esa camada, pues también lo impulsaría para ser diputado local y posteriormente senador, en mancuerna con un Sabines Guerrero que es genuino producto elaborado por Pablo, al apoyarlo primero para que llegara a la Cámara de Diputados estatal y en seguida alcalde de Tuxtla Gutiérerz.

En medio de su controversial conducta, en la que mucho tuvo y tiene que ver su urgenciólogo y hombre de su absoluta confianza, Nemesio Ponce Sánchez, Juan metió a la cárcel a Pablo, situación que se le revertiría cuando su ex patrón le amenazó con divulgar pruebas de su escandalosa corrupción y vida privada con videos en los que aparecía cometiendo todo tipo de excesos.

Chantaje que funcionó y Salazar Mendiguchía, después de haber sido acusado hasta de lo que se iba a morir, salió “absuelto totalmente” de “El Amate”, de los delitos que por lo menos lo hubieran tenido encarcelado 30 años.

Pablo todavía se burlaría de su sucesor, al declarar que su puesta en libertad había sido resultado de una “negociación política” con Juan, con lo cual no solamente se burlaba del gobernador en turno, sino del sistema jurídico vigente en México.

Sabines Guerrero se sabe protegido y mejor se dedica a continuar las cuantiosas inversiones en nuevos negocios en la tierra de su esposa Isabel, en el estado de Tlaxcala, donde entre otros, está un centro hospitalario que dirige Nemesio Ponce Sánchez.

Si no que se demuestre lo contrario…