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Con saldo negativo la gestión de Velasco Coello

Editorial
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El gobernador Manuel Velasco Coello nunca realizó una evaluación del desempeño de todos sus colaboradores y  por lo tanto no pudo determinar el nivel del desempeño de cada uno de ellos. No escuchó las críticas que se hicieron a su gobierno y ahora, a 16 meses de que concluya su gestión, las cuentas que entrega a la sociedad chiapaneca tienen saldo negativo.

 

El perfil que tienen la mayoría de sus colaboradores no cumple con las exigencias que representa gobernar a Chiapas. En muchos de ellos, no hay correspondencia entre la experiencia y trayectoria que tienen  con las funciones y atribuciones de la dependencia. Otros demostraron una incompetencia en el desempeño de las responsabilidades asignadas. La mayoría demostró soberbia e inmadurez política, lo que les impide identificar la importancia de la responsabilidad encargada y hay quienes se perdieron en los encantos del presupuesto y perdieron la posibilidad de servir al bien común.

La crisis social en Chiapas representa un riesgo alto: 76.8% de la población vive en pobreza y pobreza extrema; tiene el tercer lugar en muerte materno infantil en el país;  84% de sus niños y adolescentes viven en pobreza; la economía de la entidad no sólo no tuvo crecimiento sino que tiene una tendencia negativa; se cayó la producción del café por la contaminación de la roya, que representó durante años el principal artículo de exportación, lo que está incrementando el empobrecimiento en la entidad; hay una deuda pública de más de 40 mil millones de pesos, lo que hipotecó el futuro de Chiapas; el 20% de la población es analfabeta; ocupa el primer lugar en el país en rezago educativo y así, se pueden seguir enumerando un mayor número de cifras negativas, que muestran las complejas caras de Chiapas.

Ya se ha señalado en reiteradas ocasiones que la entidad se encuentra en peores condiciones sociales a las existentes en el levantamiento armado del EZLN, en el año de 1994. En los últimos 20 años, Chiapas recibió un presupuesto multimillonario, pero ha carecido de proyectos de gobierno, que permitieran cambiar los rumbos de la historia de pobreza y abandono en la entidad o bien existe un despilfarro y corrupción en el ejercicio de los recursos públicos, que impide revertir la situación social de la entidad

El tiempo se le agotó al gobernante y los 16 meses de gobierno que le quedan –concluya su gestión o no-, se prevé que serán los más difíciles de este sexenio. Lo más inverosímil del accionar público de la administración, es que muchos funcionarios del gabinete, que debieron ser despedidos, aspiran a puestos de elección popular y se distraen realizando actos públicos con cargo al erario, lo que agudiza aún más las condiciones de crisis que vive la entidad.

El divorcio que hay entre el gobierno y la población es inocultable, en el que se perciben estados de ánimo exacerbados en las críticas a las deficiencias del gobierno, lo que evidencia que las emociones predominan sobre los argumentos y los razonamientos sobre el ejercicio del poder.

En estos cinco años de gestión, lo que más percibe la población como herencia del actual gobierno es la indiferencia, la impunidad, la corrupción, la frivolidad y la opacidad, por lo que ya se afirma que este gobierno resultó peor que el de Sabines.